Videoblog Teodoro León Gross
«El acento de María Jesús Montero»
El Mirador
«No, esto no va del acento andaluz, aunque María Jesús Montero trate de refugiarse en el victimismo del acento envolviéndose en la bandera»
ABC
Sevilla
María Jesús Montero se ha quejado en el Congreso de que la ataquen por su acento andaluz.
Es lógico, salvo un pequeño detalle: nadie la había atacado por su acento andaluz. Pero, oye, sólo es un pequeño detalle menor, un detalle irrelevante.
Lo que le ... habían cuestionado a María Jesús Montero no era su acento sino sus chascarrillos más o menos frivolones con los números siendo ministra de Hacienda, del «Chiqui, 1.200 millones es poco» al billón o billón y medio, y en todo caso su retórica caótica, llena de subordinadas delirantes, con una sintaxis que parece un campanario en manos de un loco. Paul Valery vino a decir, con razón, que la sintaxis es el espejo del alma.
No, esto no va del acento andaluz, aunque María Jesús Montero trate de refugiarse en el victimismo del acento envolviéndose en la bandera –ese refugio para canallas, que decía el Dr. Johnson– pero quizá sí va de que ella crea que ese acento hace por sí mismo, automáticamente, que representa a Andalucía. Y no es así. Lo de menos es la hache aspirada y la d intervocálica; lo de más es que haya olvidado el castigo a Andalucía de la financiación autonómica, esa injusticia que nos vendía siendo aquí consejera y que después ha olvidado como ministra.
Ahí es donde debería poner el acento.
Por lo demás, es difícil representar a Andalucía diciéndole a Ciudadanos en esta misma sesión en el Congreso que los de Inés Arrimadas «nacieron para enfrentar a España con Cataluña». Qué cosas. Ahora resulta que los que enfrentan a Cataluña o Euskadi con España no son Esquerra y Bildu, sus socios mimados, sino Ciudadanos. No es raro que Alfonso Guerra, sí, nada menos que Alfonso Guerra, lamente que el PSOE haya abandonado la socialdemocracia liberal para derivar al populismo radical.
Pero así, María Jesús, créeme, no se representa a Andalucía, por mucho acento que se le ponga.
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