El PP asegura que con Díaz seguirá la «ley del silencio y la impunidad» para los corruptos

La respuesta que obtuvo de la presidenta de la Junta fue la misma que la de sesiones anteriores: «voy a ser implacable contra la corrupción», aunque, de paso aprovechó también para citar el caso Bárcenas y acusar al PP de « encanallamiento político»  por citarle esos escándalos. Además, criticó que Rojas busque cada quince días «en la basura» para traerla al Parlamento. «Usted se dedica los quince días a ensayar delante del espejo cómo insultarme y yo me dedico a trabajar para mi tierra».

Esa fue, en síntesis, el argumento que empleó Díaz, ya que se negó a entrar en las preguntas que le realizó el portavoz del PP, como, por ejemplo, qué le parece la imputación de la exconsejera Magdalena Álvarez o si debe dimitir. Tampoco dijo nada la presidenta cuando Rojas le recordó que se sentó recientemente junto al exconsejero Gaspar Zarrías y que con ello lanzaba un «mensaje claro: que seguirá la ley del silencio y la impunidad» con la corrupción.

Por ello, el portavoz popular lamentó después que «usted no contesta a nada» y acuó a Díaz de «poner el ventilador» y animar  a la «radicalidad» a su grupo parlamentario, cuyo portavoz, Mario Jiménez , convirtió su pregunta en un ataque a los populares. «Solo en Andalucía la formación es corrupta», criticó el portavoz socialista y acusó al portavoz del PP de haber dado ayudas sin concurrencia competitiva a la formación a un organismo de UGT. Rojas negó la mayor y le respondió animándole a que le investigue porque «va a tener oportunidad de ver una gestión honrada».

Antes el portavoz parlamentario de IUCA, José Antonio Castro , pidió, en vano, que la sesión de control no se convirtiera, de nuevo, en un debate sobre corrupción. De hecho, acusó al PSOE y al PP de poner el «ventilador» y terminar montando un «circo» en la última sesión de control.

De ese «espectáculo bochornoso » dado, en su opinión, en el pasado Pleno responsabilizó Castro más al PP que a su socio de Gobierno. De hecho, acusó a los populares de querer convertir la Cámara en una «sucursal del juzgado número seis» de Sevilla, cuya titular es la juez Mercedes Alaya , que instruye el caso de los ERE. Por ello, pidió a Díaz que «no entre al trapo» del PP en los temas de corrupción.