Sargento Serantes: «Nos siguieron a la espera del mejor momento para atacarnos»

Fue la primera jornada de combates entre fuerzas españolas e insurgentes en este punto de vital importancia para las comunicaciones, unos ataques que «comenzaron por sorpresa, de pronto empezamos a recibir disparos y en un momento dado sentí una especie de latigazo en la pierna y me di cuenta de que estaba herido».

Sus compañeros le evacuaron hasta una zona donde el helicóptero medicalizado podía acceder y, tras asegurar la zona, los dos Superpuma españoles de Helisaf acudieron a su rescate. Aunque en un principio se les informó que el herido era de grado B, prioritario, finalmente cuando llegaron a la zona rebajaron la gravedad a grado C.

Su aspecto es muy bueno, asegura estar «a tope de ánimo» y los médicos que le atienden en el hospital Role 2 de la base de Herat confirman que en semanas podrá recibir el alta. «Tuvo mucha suerte porque el proyectil no afectó nervios ni músculos. Tampoco le ha provocado infecciones, ni hay riesgo de trombosis, como puede ocurrir. Fue una herida limpia y la intervención fue rápida», confirma el cirujano búlgaro Peter Trendafilov, que fue quien dirigió la intervención.

La historia de Sabria

Recuerda con claridad la mañana del enfrentamiento y piensa que «como llevábamos varios días en la zona, creo que nos estuvieron siguiendo a la espera del mejor momento para atacarnos». Cuando se le pregunta si desea volver a España para seguir con su rehabilitación mueve la cabeza a los lados con seguridad y afirma, de forma categórica, «me quedo, quiero volver con mi unidad».

Además de heridos de guerra, en este hospital España atiende algunos casos complicados de civiles afganos. Frente a la habitación del sargento, el padre de Sabria intenta que su hija, de apenas cuatro años, termine un yogur.

Vienen del complicado distrito de Bala Murghab, feudo talibán al norte de Badghis, y la pequeña tuvo que ser evacuada en helicóptero debido a «una picadura o una quemadura», los médicos no lo tienen claro, que le ha provocado una necrosis en la pierna. Sin la intervención española Sabria «estaría muerta», aseguran los doctores que le atienden. Ahora tiene la oportunidad de seguir viva y el contingente italiano estudia la posibilidad de llevarla a Roma para su total recuperación.

Aunque vinieron con el propósito inicial de mantener la seguridad en la jornada electoral, los 450 hombres del grupo táctico de apoyo a elecciones están teniendo un papel destacado en el apoyo a las fuerzas de seguridad locales en la lucha por controlar el paso de Sabzak.

Una parte permanece en Herat, pero la otra vive en tiendas de campaña en las instalaciones de la que será la próxima gran base de España en Qala-i-Nao. Tras dos días de combate el teniente coronel Gimeno, responsable del batallón, informa que una compañía permanece en Sabzak y que «la misión se está llevando a cabo con normalidad. La gente mantiene la moral muy alta. Están bien preparados para llevar a cabo su trabajo».

Una misión vital

Los españoles acompañan a las fuerzas afganas en este paso que es fundamental para las comunicaciones entre Herat y Badghis y, según distintas fuentes militares consultadas, los afganos no han tomado parte activa en los combates de miércoles y jueves. Bajo las órdenes del mando supremo de la región oeste, España está llevando una acción que permite que los ciudadanos de la zona puedan circular por un lugar que hasta hace una semana estaba en manos del grupo insurgente de líder tayiko Ishan Khan.