El PP busca puntos de encuentro con el PNV en el Congreso de los Diputados

Con el PNV, el entendimiento del PP es misión imposible en asuntos relacionados con el nacionalismo , la autodeterminación o la unidad de España. Pero en el capítulo social y económico la convergencia es posible. Lo fue en el pasado, cuando el PNV apoyó los presupuestos del PP, y lo es en la actualidad, con intercambio de votos en enmiendas a la ley Celaá , por ir a lo más reciente. Lo mismo ocurría en su día con CiU, aunque la deriva independentista acabó por romper todos los puentes.

La portavoz del Grupo Popular, Cuca Gamarra , llegó a su puesto en agosto con la intención de mantener un talante dialogante con el resto de los grupos parlamentarios, a pesar de las diferencias. Gamarra se ha encontrado con una dificultad especial a la hora de buscar acuerdos con Vox, sobre todo a raíz de la moción de censura de Santiago Abascal a finales de octubre, que dinamitó la relación entre los dos partidos. El ataque personal que un diputado de Vox dirigió a Gamarra el pasado martes durante el debate del Plan B jurídico del PP para hacer frente a la pandemia fue el síntoma más claro de la pésima relación que existe entre estos dos partidos.

Precisamente, para el debate de ese Plan B , Gamarra se puso en contacto con todos los grupos para buscar su apoyo a unas medidas que suponían dotar a las comunidades autónomas de instrumentos jurídicos con los que luchar contra el virus. La portavoz del PP consiguió el respaldo de los socios habituales de su partido, Foro Asturias y Unión del Pueblo Navarro, y también logró el de Coalición Canaria y el del PNV. Un apoyo, este último, que llamó la atención de forma especial.

«Es muy significativo», subrayaron fuentes de Génova, que valoraron el entendimiento con los seis diputados nacionalistas vascos y destacaron la buena relación que existe con ellos en el Congreso. El PP quiere cuidar esa relación donde sea posible mantenerla. Y es consciente de que en este momento el último pacto de Pedro Sánchez con Bildu y el progresivo acercamiento del Gobierno a los herederos de Batasuna es visto con bastante recelo en el partido de Andoni Ortuzar. El excesivo protagonismo de Bildu en el Congreso no es agradable para su competidor directo en el País Vasco. Ahí hay un filón político que el PP no quiere desaprovechar, para empezar a buscar una buena relación con el nacionalismo «moderado» vasco. Sobre todo porque nunca se sabe si sus seis votos en el Congreso pudieran ser decisivos en el futuro para ellos.

Desde el Grupo parlamentario Popular se destaca la relación positiva y cordial que existe con la formación que encabeza Aitor Esteban en el Congreso, y se subraya que ese apoyo al Plan B no tiene por qué ser algo puntual. Se seguirán buscando puntos de encuentro en diferentes temas.

Sin ir más lejos, en el terreno educativo . Las diferencias ahí entre el PP y el PNV son abismales en muchos asuntos concretos. Por ejemplo, en el competencial, en todo lo relacionado con la exclusión del castellano como lengua vehicular o cuando los nacionalistas defienden su «lengua propia», un término que el PP rechaza y reemplaza por el de «cooficial».

Pero hay otros puntos en los que el PP y el PNV coinciden totalmente. Así ocurre en la defensa de la educación concertada y especial. En el debate de la ley Celaá en el Congreso , el PP, junto a Vox y Ciudadanos, apoyó una enmienda transaccional del PNV y Junts per Catalunya, que podría haber salido adelante si se hubiera abstenido ERC. El PNV no consiguió convencer a los de Rufián. Dentro de las conversaciones entre populares y nacionalistas vascos, estos se comprometieron también a apoyar a su vez otra enmienda del PP en el mismo sentido. Intercambio de votos, dentro de una «buena relación» que tienen ahora mismo los portavoces y que quieren mantener.