12 indicios determinantes para Ruz e insuficientes para la Sala Penal
En el auto de procesamiento revocado por el Pleno, el juez Pablo Ruz enumeraba hasta doce indicios que, según él, eran suficientes
En el auto de procesamiento revocado ayer por el Pleno, el juez Pablo Ruz enumeraba hasta doce indicios que, según él, eran suficientes para llevar a juicio a los tres mandos policiales de Rubalcaba. La mayoría de ellos se basaban en el tráfico de ... llamadas entre los implicados y en las imágenes recogidas en el entorno del bar Faisán.
1. La baliza en el vehículo privado de Elosúa
Con ese sistema de escucha se captó la conversación mantenida por Joseba Elosúa , propietario del bar «El Faisán» de Irún en el que operaba la red de extorsión de ETA, con su yerno. Le comentó que le acababan de advertir de su inminente detención.
2. Declaraciones de Elosúa ante el juez
El juez Ruz señala que Elosúa es su principal testigo pues es la única persona que vio físicamente a José María Ballesteros, inspector de Vitoria al que se atribuye la entrega física del móvil a través del que Elosúa recibió el aviso. El jefe de la red de extorsión aportó la descripción de Ballesteros.
3. Tráfico de llamadas antes y después del soplo
Sólo una de las 1.932 llamadas que se realizaron entre las 11.10 y las 12.00 del 4 de mayo de 2006 se produjo entre dos policías: Enrique Pamiés y Ballesteros. Eran las 11.23 y la conversación duró ocho minutos.
4. Llamadas telefónicas de Ballesteros
El juez Ruz considera relevante la «cadena de llamadas» efectuadas por Ballesteros a sus superiores. No se ha podido acceder a las redes de telefonía francesas.
5. Grabaciones a las puertas del Faisán
El inspector Ballesteros aparece tres veces en las grabaciones efectuadas en las inmediaciones del bar Faisán. Es uno de los indicios que, según Ruz, «refuerzan la implicación de los imputados».
6. Momento clave: la llamada
Ballesteros estaba en el Faisán «en los minutos previos a producirse la llamada», sin que haya una explicación lógica de su presencia allí.
7. La coartada de la cita con un confidente etarra
El jefe superior de Policía, Enrique Pamiés, explica que Ballesteros se encontraba en Irún porque le iba a hacer la «cobertura» de una cita con un confidente de ETA en Francia. El juez Ruz no dio credibilidad a esta versión y quiso que identificara al confidente, a lo que Pamiés se negó.
8. Información secreta y reservada
Según el juez, la información facilitada por teléfono a Elosúa sobre su inminente detención sólo podía ser conocida por la Policía dado el carácter reservado y secreto de la operación.
9. Las consecuencias del «chivatazo»
El «soplo» se tradujo en la suspensión de la operación policial contra una red de extorsión etarra. Las detenciones se llevaron a cabo un mes y medio después.
10. Se rompe la cadena de mando
El instructor resalta que en el cruce de llamadas hubo una «clara disfunción en el normal y habitual funcionamiento de la cadena jerárquica».
11. Cortes en la grabación
Los peritos no han podido explicar a qué se deben dos cortes que aparecen en las cintas con grabaciones del Faisán. Para el juez son irrelevantes.
12. Reconocimiento fotográfico
Aunque le describió físicamente hace cinco años, Elosúa no identificó a Ballesteros en su última declaración. El juez lo justifica por el tiempo transcurrido.
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