Los españoles confían cada vez menos en la Unión Europea
Diversos políticos e investigadores analizan las claves del europesimismo
Los españoles confían cada vez menos en la Unión Europea
La Unión Europea vive tiempos de retos e incertidumbres. Y, precisamente en el corazón de la tormenta, los europeos rebajan su confianza en las instituciones comunitarias. Según los sondeos del último Eurobarómetro, la desconfianza de los españoles en las instituciones europeas se ha disparado ... en diez puntos porcentuales. Parece confirmarse que, como explica José María Gil Robles, expresidente del Parlamento Europeo, «el europesimismo se ha puesto de moda en muchos sectores».
«La crisis económica y financiera por la que atraviesa España» es, para el Secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, la causa principal de la desconfianza. Esta percepción también puede inferirse de las encuestas, que con regularidad parecen desvelar que los europeos confían en Europa en años de bonanza, pero son euroescépticos en vacas flacas . El Secretario de Estado reconoce que los resultados del Eurobarómetro constatan que «los avances alcanzados por la UE», pese a ser «importantes, no son suficientes».
Pablo Zalba, eurodiputado del Partido Popular Europeo y Vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, se muestra «sorprendido» por los datos; pues entiende que «la tendencia debería ser la contraria». Por su parte, Gil Robles recuerda que «durante 25 años, se nos ha presentado la UE como una comunidad que nos proporciona fondos y prosperidad» ; si ahora la percepción cambia, se debe, en su opinión, a que «hay sectores que la presentan como una entidad que solo exige recortes y sacrificios».
El líder de la delegación española de los socialdemócratas europeos, Juan Fernando López Aguilar, considera que la pérdida de confianza se produce porque los ciudadanos no quieren que «lo que un día fue una promesa de modelo social europeo dé lugar a un partidismo despiadado en el que unos estados son más fuertes que otros sin contemplaciones» .
Otra perspectiva la aporta, como investigador principal de Europa para la Fundación Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Ignacio Molina; quien del conjunto de estadísticas del Eurobarómetro interpreta que «podría decirse que seguimos siendo europeístas en términos comparativos». «Confiando muy poco en todas las instituciones, son las instituciones de la UE en las que más confiamos». Las causas del descenso de la confianza de los españoles en 10 puntos porcentuales son, para el investigador, de índole política y económica. «Por un lado, aquella modernidad política que inspiraba Europa, ya ha sido alcanzada en buena medida por España. Por otro, España recibirá menos fondos comunitarios».
Continuando con la búsqueda de las causas del desafecto en el ámbito investigador, Clara O'Donnell, del think tank británico «Centre for European Reform», entiende que «la pérdida de confianza la generan los problemas del euro», ya que «en España no gustan las ideas de otros países europeos de cómo resolver la crisis».
Desde el «mep ranking», web que juzga la actividad de los eurodiputados, se lanza una ácida crítica: «la pérdida de confianza es fruto de la política de retiro llevada a cabo por los partidos, que destinan a sus políticos a la UE, cuando se dan por amortizados en la política estatal».
Por otra parte, Zalba recuerda que «España ha sido tradicionalmente un país muy europeísta», y añade «probablemente, este descenso mayor de la confianza se deba a que partimos de un nivel de europeísmo mucho más alto» .
Todos los entrevistados coinciden en situar la crisis económica como uno de los factores de pérdida de confianza de los europeos en sus instituciones comunitarias. En palabras de Íñigo Méndez de Vigo, «la razón de que en España», en particular, se haya verificado un mayor aumento de la desconfianza «tiene que ver con la magnitud de la crisis económica y financiera»: con «la intensidad de la destrucción de puestos de trabajo, un elemento que menoscaba la confianza de los ciudadanos» . En esta línea, Miguel Sebastián, exministro de Industria, Turismo y Comercio, también considera que la razón fundamental de la desconfianza, especialmente «perjudicial» ya que se produce, «en un momento en el que se requiere un esfuerzo presupuestario mayor para lograr la integración», es «la crisis económica».
Para José María Gil Robles, «el mismo entusiasmo, sin duda exagerado» que antes despertaba la Unión Europea, se ha traducido en «un desencanto, también exagerado». Ante la exaltación de las sensibilidades a favor o en contra de la Unión, el expresidente del Parlamento recomienda que «no estaría mal un poco de templanza».
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