Transparencia y Gobiernos en cuarentena: el contraste entre España y Reino Unido

Tras la rectificación, tardía pero necesaria, por parte de la Moncloa –que acepta un sistema de videoconferencias para hacer preguntas en directo después de que ABC y otros medios decidieran no participar en las ruedas de prensa si las preguntas seguían siendo filtradas por el secretario de Estado de Comunicación –, otra de las cuestiones que siguen generando dudas es la falta de información respecto al estado de salud de los integrantes del Gobierno afectados por Covid-19. Máxime si se compara con, por ejemplo, el Reino Unido.

En las últimas horas ha trascendido el ingreso en un hospital del primer ministro británico Boris Johnson como «medida de precaución» y para «realizarle pruebas» tras continuar con síntomas de coronavirus diez días después de haber dado positivo en el test.

Las informaciones sobre el estado del 'premier' y su evolución se han desarrollado con regularidad tanto en los medios de comunicación ingleses como en perfiles oficiales en redes sociales. El propio Johnson ha hecho uso de su cuenta de Twitter para explicar su confinamiento, aspecto similar al realizado por el Secretario de Estado para la Salud y la Asistencia Social, Matt Hancock , quien también dio positivo.

Hancock, además de relatar su exposición al virus, aprovechó su reclusión para responder preguntas de los ciudadanos «sobre el coronavirus» o sobre «nuestros planes para mantener a la gente segura».

Carrie Symonds , la prometida de Boris Johnson, que está embarazada, salía al paso de los rumores y, a través de su perfil de Twitter, confirmaba haber tenido síntomas de coronavirus pero, después de siete días de descanso, «me siento más fuerte y me estoy recuperando».

En el caso de España, apenas ha trascendido información sobre el estado de salud y el protocolo seguido por algunos miembros del Gobierno que han dado positivo por Covid-19 en las últimas semanas.

A finales de marzo, el Gobierno pedía «respeto» tras conocerse el ingreso hospitalario de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo , por una infección respiratoria. A la espera de los resultados de la prueba del Covid-19 –que posteriormente resultaron positivos– Moncloa evitó proporcionar información sobre el estado de salud de Calvo . Hace unos días, la vicepresidenta recibió el alta; desde entonces ejerce sus funciones de forma telemática.

Las ministras de Igualdad, Irene Montero , y de Política Territorial, Carolina Darias , también dieron positivo, concretamente, el pasado 12 de marzo, días después de haber participado en la manifestación del 8-M, en cuya cabecera también estaba la esposa del presidente Pedro Sánchez, Begoña Gómez , afectada también por el coronavirus, tal y como informó La Moncloa.

No obstante, Sánchez evitó dar detalles sobre el estado de salud de su familia después de que varias informaciones y comentarios en las redes sociales apuntasen a que su suegro y su madre estarían contagiados por el virus. La secretaría de Estado de Comunicación advertía a los medios que «ese tipo de informaciones vulneran la Ley Orgánica de protección de datos » porque «se ofrecen nombres y apellidos de personas que no se dedican a la actividad política». Preguntado por ello, Sánchez se limitó a decir que su familia «no es ni más ni menos importante que el resto». Sin embargo, como señala en su información Víctor Ruiz de Almirón , ni su respuesta ni el mensaje previo emitido por los servicios de comunicación realizaron un desmentido total a estos hechos.

El pasado viernes día 3, Pedro Sánchez visitaba una fábrica de respiradores. Pese a los casos positivos de sus respectivas parejas, ni Sánchez ni Iglesias han practicado una cuarentena estricta , realizando reuniones presenciales en varias ocasiones. Desde La Moncloa han justificado estos actos alegando que se practicaban las medidas de distanciamiento recomendadas, evitando así contactos.