«Como un muerto»
Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», que tiene hoy su primera comparecencia en la Audiencia, no «abrió el pico» durante su traslado de París a Madrid. Francia pide que no coincida en prisión con otros presos etarras. Nunca hasta ahora había solicitado tal medida
«Callado como un muerto, no abrió el pico». Así hizo Garikoitz Aspiazu, adiestrador de pistoleros etarras, el viaje que le trasladó de París a Madrid para comparecer durante esta semana ante la Audiencia Nacional por cinco causas —acumula veintiuna— cometidas entre enero y febrero ... de 2002, cuando, en lugar de «Txeroki», utilizaba el alias de «Águila». Hasta el próximo sábado, que será devuelto a Francia, «este pajarraco» permanecerá en una celda de aislamiento de la cárcel de Soto del Real (Madrid). Su entrega, celebrada tanto por el Ministerio del Interior como por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, tiene la singularidad de que es la primera vez que Francia procede a una entrega temporal en fase de instrucción sin que el terrorista reclamado haya sido condenado por alguno de los procedimientos abiertos en aquel país.
Sobre las cuatro de la tarde de ayer, el avión militar que trasladó a España a Aspiazu aterrizó en la base de Getafe (Madrid). Vino esposado y custodiado por tres agentes de la Unidad de Cooperación Policial Internacional de la Comisaría General de Policía Judicial, que no consiguieron conocer el tono de voz del terrorista durante las horas que duró el vuelo París-Madrid. «Estuvo tranquilo, serio y con el morro apretado, el mismo que recoge la fotografía tomada al bajar del avión. No abrió el pico», afirman las fuentes consultadas.
En aislamiento
Poco después de llegar a la base militar, el que fuera adiestrador de etarras fue conducido a la cárcel de Soto del Real. Allí le realizaron las correspondientes fotografías y le tomaron sus huellas en el sistema electrónico SIA. A continuación quedó recluido en una celda de aislamiento, que sólo podrá abandonar para sus comparecencias ante la Audiencia Nacional o salir al patio. En ningún caso el terrorista podrá estar en contacto con alguno de los quince reclusos de la banda que actualmente están en esa prisión. Así lo han pedido las autoridades francesas, que nunca hasta ahora habían exigido una medida de este tipo. No obstante, tal petición no hubiera sido necesaria porque en España los presos etarras que se encuentran en régimen de aislamiento no coinciden con otros reclusos de la banda. Es una práctica que se viene aplicando desde hace mucho tiempo. De esta forma, «Txeroki» recibirá todas las comidas en su celda y sólo podrá disfrutar de una hora diaria de patio, en la que tan sólo podrá coincidir con otros dos reclusos, aunque en ningún caso serán presos de ETA.
La actitud del etarra al entrar en prisión fue similar a la que mantuvo durante el viaje en avión: «morro apretado» y «callado como un muerto».
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