Los nuevos retiros y la inflación encarecen un 25% las pensiones de jubilación de la Seguridad Social en sólo cinco años

La nómina mensual de las pensiones que ofrece cada mes la Seguridad Social da, en cierta parte, cuenta del reto. Más allá de las proyecciones de gasto altamente condicionadas por los componentes que las determinan y que los expertos señalan como demasiado optimistas en el último ejercicio elaborado por el gabinete técnico del ministro en funciones José Luis Escrivá -con las que se pretende lograr el plácet de Bruselas a la reforma y abrir el grifo para la llegada de otros 10.000 millones de euros euros de ayudas comunitarias- la factura de las prestaciones actuales ya da cuenta del nivel del reto presupuestario al que se ha encadenado la Seguridad Social, más aún a partir de la última reforma.

Las jubilaciones de la generación del 'baby boom' -que se extenderán durante la próxima década para alcanzar un pico de gasto en pensiones entre los años 2040 y 2050- ya están presionando desde el último lustro la capacidad financiera de la Seguridad Social observada como el encarecimiento progresivo, y en parte exponencial de las pensiones de jubilación que se abona a los 6,2 millones de beneficiarios de este tipo de prestación. Concretamente, la pensión media de jubilación del sistema ha escalado un 25% en sólo cinco años. Si en 2018, la prestación asociada al retiro laboral ascendía a 1.107 euros, esta se situó en este mes de octubre en los 1.377 euros mensuales.

El salto no es menor, y la causa está clara: por un lado la escalada de las pensiones que desde hace un lustro ha llevado a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez recuperando la vinculación de las revalorizaciones con el IPC, que le ha llevado ha realizar en el presente ejercicio la subida más elevada y cara de la historia -un 8,5% con un coste de 15.000 millones de euros-, y por otro lado está la fuerte presión que ejercen sobre la media de las jubilaciones la que se dan de alta en el sistema, las nuevas pensiones de jubilación.

En septiembre, último dato disponible de los nuevos beneficiarios, las altas de jubilación procedentes del régimen general ascendían a 1.571 euros mensuales, esto es un 10% más que en 2018, cuando estas nóminas ya ascendían a 1.420 euros mensuales, que entonces ya suponían 57 euros más que la actual pensión media de jubilación. Es decir, la entrada de los nuevos pensionistas es el segundo gran causante del encarecimiento de las prestaciones que abona la Seguridad Social. Esas nuevas jubilaciones, además, superan en un 14% la pensión media.

Gasto total en pensiones y corregido por medidas de ingresos antes y después de la actualización del nivel del PIB

En % del PIB

Gasto sin actualizar PIB

Gasto corregido sin actualizar PIB

Gasto con PIB actualizado

Gasto corregido con PIB actualizado

15,5

15,0

14,5

14,0

13,5

13,0

12,5

12,0

11,5

11,0

2022

24

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38

40

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44

46

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50

Fuente: Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones

ABC

Gasto total en pensiones y corregido por medidas de ingresos antes y después de la actualización del nivel del PIB

En % del PIB

Gasto sin actualizar PIB

Gasto con PIB actualizado

Gasto corregido sin actualizar PIB

Gasto corregido con PIB actualizado

15,5

15,0

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13,5

13,0

12,5

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11,5

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2022

25

30

35

40

35

50

Fuente

Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones

ABC

  

De hecho, son estas pensiones nuevas las que provocan el desfase entre la subida de gasto que sería la normal y coincidente con el nivel de revalorización de la prestaciones y el aumento del coste global de la nómina, por encima. Así, aunque el Gobierno revalorizó las pagas en 2023 ese 8,5% anteriormente mencionado, el gasto de la Seguridad Social en estas prestaciones de jubilación es un 11,7% mayor que el de hace un año. Esos 3,2 puntos porcentuales de diferencia (un 37% más) entre la subida el aumento de la factura es lo que se imputa al efecto reposición de unas nuevas pensiones, cada vez más caras.

Por su parte, la aplicación del IPC no ha sido cosa menor en el acelerón del coste de las prestaciones que registra el sistema en los últimos años. La vuelta a la fórmula de revalorización con el IPC ha hecho que desde 2018 las pensiones hayan crecido un 16%. A esto, si le sumamos la esperada actualización en el entorno del 4% prevista por el Gobierno para el próximo año, supondrá que un beneficiario de pensión habrá experimentado una subida del 20% en el periodo 2018-2024.

Con todo, el estado de la cuestión en términos generales redunda en que la Seguridad Social paga cada mes prestaciones por valor de casi 1 punto del PIB, por encima de los 12.000 millones de euros. Concretamente, destinó en el presente mes de octubre la cifra récord de 12.075,3 millones de euros al pago de la nómina ordinaria mensual de pensiones contributivas, un 10,9% más que en igual mes de 2022 (contabilizando todos los tipos de prestación, no sólo de jubilación). Si bien, la nómina mensual ordinaria de las pensiones superó por primera vez en julio los 12.000 millones.

Así, el departamento que dirige José Luis Escrivá estima que el gasto en pensiones se situó en el 11,6% del PIB en los últimos doce meses, por debajo de la de 2022 (11,7% del PIB), 2021 (12,1% del PIB) y 2020 (12,4% del PIB), año condicionado por el impacto de la pandemia sobre el PIB.