El nuevo gobierno laborista del Reino Unido anuncia «decisiones difíciles» para poner las cuentas públicas en orden

En su discurso en el congreso, Reeves ha sido contundente al afirmar que «no habrá retorno a la austeridad» y ha criticado las políticas de recortes que implementó el anterior gobierno conservador, calificándolas como una »elección destructiva para nuestros servicios públicos y para la inversión y el crecimiento«. Sin embargo, aunque ha rechazado la austeridad, ha advertido que su gobierno tendrá que tomar decisiones difíciles para restaurar la estabilidad económica. En una entrevista con la BBC antes de su discurso, ha subrayado que «la única manera de financiar de manera sostenible los servicios públicos es a través del crecimiento económico».

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Ivannia Salazar | Corresponsal en Londres

Las declaraciones de Reeves se producen en un contexto económico difícil, marcado por un endeudamiento récord y un déficit presupuestario significativo, lo que ha generado críticas tanto dentro como fuera del Reino Unido. La ministra ha culpado al gobierno conservador anterior de dejar un «agujero negro» de 22.000 millones de libras en las finanzas públicas. «Estaban gastando dinero que no existía», ha afirmado, acusando a los conservadores de ser «imprudentes» e «irresponsables» en la gestión económica.

A diferencia del mensaje optimista de Sánchez en España, Reeves ha adoptado un tono que algunos han criticado por pesimista, consciente de los desafíos que enfrenta el Reino Unido. En lugar de prometer un crecimiento rápido y sin obstáculos, ha destacado la necesidad de una «disciplina férrea» y un «enfoque implacable», que serán posibles sólo con decisiones controvertidas, como los recortes en los pagos del subsidio por calefacción para diez millones de pensionistas en invierno, una medida que ha generado un fuerte rechazo, pero que Reeves ha defendido como una decisión difícil pero justa. «No me voy a esconder de esas decisiones», ha declarado, y ha advertido de que se avecinan más «decisiones difíciles». «Sé que no todos en esta sala o en el país estarán de acuerdo con cada decisión que tome», ha dicho, pero «no evadiré esas decisiones por conveniencia política, ni por ventaja personal».

Aunque el presupuesto de octubre será el primer presupuesto laborista en catorce años, Reeves ha dejado claro que no será una vuelta a las políticas económicas de austeridad, ni tampoco una fiesta de gastos sin control. Su enfoque se centrará en «estabilizar las finanzas públicas» mientras impulsa el crecimiento a largo plazo. Para lograrlo, la ministra ha prometido implementar una nueva estrategia para revitalizar sectores clave de la economía británica.

Durante su intervención en el congreso de los laboristas, Reeves también se ha comprometido a actuar contra el despilfarro y la corrupción surgidos durante la pandemia, anunciando una investigación sobre los contratos de equipos de protección personal (PPE) otorgados por el gobierno conservador y, pese al tono gris usado previamente, aseguró que «mi optimismo por Gran Bretaña brilla más que nunca. Mi ambición no conoce límites, porque puedo ver lo que podemos lograr si tomamos las decisiones correctas ahora... El crecimiento es el desafío y la inversión es la solución».

El discurso de Reeves ha sido interrumpido brevemente por un manifestante pro-palestino que protestó sobre las ventas de armas a Israel. Sin embargo, la ministra ha respondido con firmeza: «Este es un Partido Laborista cambiado, no un partido de protestas».

Además, Reeves ha hecho hincapié en su compromiso con los trabajadores británicos, prometiendo un «nuevo acuerdo para los trabajadores» que incluya el fin de los contratos de cero horas y la prohibición de la práctica de «despedir y recontratar» a empleados en condiciones más precarias. «Haremos que el trabajo valga la pena», ha afirmado.