AJUSTE DE CUENTAS
Ministros aterrizando
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Madrid
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Iniciar sesión«El presupuesto tiene vocación de mantener el volumen de ingresos», dice la nueva vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda. Esta vocación a la que alude tan alto cargo no se aprecia en los números de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE). ... En el informe de septiembre, el último disponible para el público, los ingresos no financieros, una vez descontada la participación de las Administraciones Territoriales, han sido de 129.004 millones, un 10,0% menos que en 2022. No sólo se nota la desaceleración de la economía, sino la desaparición del efecto inflacionario que tanto ayuda a maquillar las cuentas públicas. La «vocación» de la que hablamos es que van a subir más los impuestos para sostener el aumento de casi 3 puntos del PIB que ha aumentado la presión fiscal desde 2019, según ha documentado Miguel Ángel García Díaz.
La realidad no tiene ninguna importancia para María Jesús Montero. Con toda su gracia andaluza nos suelta que «es radicalmente falso que la amnistía se hiciera para posibilitar la investidura». Tiene que hablar más con su colega Oscar Puente, el ministro de Transporte y embarazos no deseados. De hecho, en la realidad paralela que habita la ministra, la amnistía se ha hecho para seguir haciendo políticas progresistas. No se preocupen ustedes si destruimos los consensos constitucionales contra la otra mitad de los españoles y dañamos la institucionalidad para siempre, porque nos quedara el escudo social.
El problema de que los altos cargos vivan en los mundos de yupi es que la factura la pagamos los demás. La semana pasada, Fedea publicó un informe muy útil titulado 'El contenido económico de los pactos de investidura' donde analiza los seis acuerdos de investidura alcanzados por el PSOE con excepción del que tiene con Bildu, que aún se desconoce («el pacto encapuchado» que dice Feijóo). El documento afirma: «Los textos analizados plantean al menos dos riesgos y una certeza. La certeza es que la condonación general y no condicionada de una parte de la deuda de las comunidades de régimen común contribuirá a agravar los problemas de indisciplina fiscal que éstas ya sufren. Los riesgos tienen que ver con el crecimiento económico, el empleo y la sostenibilidad de las cuentas públicas, por un lado, y con la cohesión social y territorial por el otro». Esta deriva confederal, advierte Fedea, «comportaría un gradual debilitamiento del Estado, que se vería privado de los recursos y herramientas necesarios para ejercer sus funciones básicas de coordinación y redistribución».
Pero aquí tenemos al flamante ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, quien, atropellando la evidencia económica y el sentido común, se despacha diciendo que la condonación de la deuda autonómica «beneficia a todos los territorios sin excepción». ¿Y los que no tienen deuda o tienen menos? Tápese un poco ministro.
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