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Ajuste de cuentas

El Estado castigador

Los países que admiramos saben decir que no al ciudadano con flexibilidad

Por qué me llamo John (9/11/23)

La vicepresidenta primera (izq.), Nadia Calviño; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz ep
John Müller

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En España también tenemos una norma por la cual dejas de cobrar el subsidio por desempleo si te niegas tres veces a aceptar un puesto de trabajo. Lo que pasa es que el catálogo de razones para negarse es tan amplio y tiene tantas ... holguras que resulta muy difícil que a alguien se lo quiten por esta causal. En Dinamarca, en cambio, donde se aplica la famosa 'flexiseguridad', si te niegas tres veces a aceptar un empleo, al margen de que estés con prestación o con subsidio, el Estado empieza a respirar en tu oído, por encima de tu hombro. Primero, a medida que aumentan las negativas a aceptar un puesto crecen exponencialmente las exigencias para que el parado inicie un proceso de reciclaje profesional ('reskilling'). Pero hay un momento, normalmente a la tercera ocasión en que se comprueba el desajuste entre el mercado laboral y el demandante de empleo, en que un funcionario público tiene la difícil tarea de decirle al desempleado «quizá no vales para esto y tienes que bajar tus aspiraciones y buscar trabajo en otra cosa».

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