El IPC vuelve a meter presión y se acelera en febrero por segundo mes consecutivo hasta el 6,1%
La parte más estable de la cesta de la compra marca un nuevo techo del 7,7% y abona la preocupación de los analistas respecto a la persistencia de la espiral de precios en España
Estadística subraya que el capítulo de alimentos subió en febrero de 2023 más que en el mismo mes del año pasado pese a la rebaja del IVA
El IPC acumula 23 meses con subidas por encima del nivel de equilibrio del 2%
Bruno Pérez
Madrid
El Índice de Precios de Consumo (IPC), el indicador estadístico que mide lo que se encarece la vida en España, volvió a subir en el mes de febrero y se situó en el 6,1%, después de marcar una acusada tendencia a la moderación ... en la segunda mitad del año pasado.
El optimismo del Gobierno respecto a la evolución del indicador, que anticipaba un descenso progresivo de la inflación a lo largo de todo el año después de un 2022 en que llegó a alcanzar un techo del 10,8%, no termina de confirmarse. En diciembre, el dato interanual del IPC marcó un alza del 5,7%, que se aceleró al 5,9% en enero y que de confirmarse el avance publicado este martes por el INE se irá ya hasta el 6,1% en febrero.
El dato de avance difundido por Estadística subraya que el IPC lleva ya 23 meses con subidas interanuales que exceden el nivel de equilibrio del 2% definido por el Banco Central Europeo, por encima del cual se entiende que se generan distorsiones en el normal funcionamiento de la economía.
Según la nota publicada por el INE, los precios se aceleraron un 1% en febrero respecto a los datos marcados el pasado mes de enero y lo más preocupante es que el IPC subyacente, el indicador que mide la evolución de la parte más estable de la cesta de precios, aquella en la que las fluctuaciones de precios son menos turbulentas - sin energía ni alimentos frescos- subió otro 0,7% en febrero y escaló hasta un nuevo techo del 7,7%. A los analistas les preocupa de forma especial la evolución de este índice, ya que estaría mostrando una evolución alcista de los precios en todos los rincones de la economía, indicio de la confirmación de los llamados efectos de segunda vuelta, tan temidos por su capacidad para perpetuar o como mínimo prolongar durante más tiempo las espirales inflacionistas.
Febrero confirmó además una anomalía estadística que acostumbra a ser uno de los indicios más evidentes de que una economía tiene un problema con sus procesos de formación de precios y es que la tasa subyacente del IPC se sitúa por encima de la tasa general, algo que sucedió por tercer mes consecutivo según el avance publicado este martes por el INE.
La subida intermensual de los precios entre enero y febrero es la mayor desde la registrada en junio del año pasado (1,9%), que se produjo en plena escalada del IPC y que llevó al indicador por encima del 10% por primera vez en cerca de 40 años.
Estadística atribuye la tendencia alcista de los precios en febrero al encarecimiento de la electricidad, que además coincide con un periodo del año pasado en el que esta bajó ligeramente justo antes del subidón que trajo la invasión rusa de Ucrania y que probablemente haga bajar el IPC en los próximos meses por un puro efecto comparación, y, lo que es más preocupante, a la subida del componente 'alimentos y bebidas no alcohólicas', que habría registrado una subida mayor que la del año pasado a pesar de la rebaja del IVA para los productos más básicos de la cesta de la compra habilitada por el Gobierno.
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Curiosamente, las rúbricas que tiraron hacia abajo del índice fueron la de 'carburantes y lubricantes', que pese a la retirada de la ayuda de 20 céntimos al litro de combustible ha evolucionado de forma menos desfavorable que en febrero de 2022 cuando el inicio de la guerra disparó sus precios, y la de 'transporte combinado de pasajeros'.
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