especial feindef
La industria de defensa española se mide al reto de una inversión sin precedentes
El sector debe demostrar su capacidad para asumir el incremento exprés del gasto militar impulsado por España y Bruselas
Una cita clave para generar alianzas estratégicas

En medio del ruido político y el debate geoestratégico mundial, la industria de defensa se encuentra en un momento decisivo para su consolidación y expansión. Con una presencia creciente en España, el sector está saliendo de la opacidad en la que tradicionalmente ... ha operado para sacar pecho de la innovación y tecnología que produce, el empleo cualificado que genera y su contribución al crecimiento económico e industrial del país; de la mano del debate sobre la necesidad de garantizar la defensa y seguridad de las naciones.
Sus números, expansivos durante los últimos años, demuestran esta tendencia al alza, que prevén multiplicar con el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa presentado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con un presupuesto de 10.471 millones de euros este ejercicio para llegar al ansiado 2% del Producto Interior Bruto (PIB) en inversión militar. De ese montante, una parte importante tendrá como destino la industria de defensa, prioritariamente la española. No en vano, el jefe del Ejecutivo expresó su deseo de que casi el 90% de la inversión prevista se destine a empresas ubicadas en España. Esto que abre la incógnita sobre la capacidad de la industria nacional para absorber esta importante inversión de manera rápida y su capacidad de producción.
«La industria de defensa española se encuentra preparada para afrontar con éxito los desafíos actuales y venideros», respondió a ABC la patronal del sector, Tedae, hace dos meses, cuando el debate sobre el aumento del gasto militar estaba sobre la mesa pero no había aún un plan concreto. «No obstante, para afrontar los desafíos del futuro será esencial reforzar el crecimiento y estabilidad del sector, consolidar la cooperación público-privada y asegurar una adecuada financiación», apuntaba ya como retos para el futuro.
Una vez conocido el proyecto del Ejecutivo, Tedae aplaudió la iniciativa aunque remarcó la necesidad de contar con una «planificación presupuestaria estable y sostenida» que dé certidumbres a las empresas. «Solo así podremos garantizar el éxito de este ambicioso plan, construyendo sobre bases sólidas y con visión de largo plazo», avisó.
Aunque el sector lleva ya meses inmerso en una intensa actividad, esta semana tendrá oportunidad de hacer una exhibición de su músculo y capacidades y en la feria que se celebra en Madrid, Feindef, la más importante del sector en España y en la que se espera el lanzamiento de numerosas novedades y firma de alianzas empresariales.
Creación de empleo
La industria de la defensa española registró una facturación de 8.042 millones de euros en 2023, un crecimiento del 8,9% respecto al año anterior, según el informe elaborado por la consultora PwC para Tedae. Se trata de un sector compuesto en España por unas 550 compañías que cuentan con centros de trabajo por todo el territorio nacional, como recoge el estudio 'Spain. Defence & Security Industry', editado por el grupo Metalia. En el año 2023 generó más de 121.000 puestos de trabajo entre empleos directos, indirectos e inducidos. Además, el sector saca pecho de ser un espacio con elevado valor añadido, tractor de la industria y creador de empleo de calidad: por cada puesto de trabajo directo, se generan otros tres empleos en el conjunto de la economía. La remuneración media mensual de sus empleados es además de 3.776 euros, un 71 por ciento más que la media española.
La industria espera también multiplicar sus resultados económicos fruto de la coyuntura, aunque los últimos ejercicios ya reflejaban su sólida estructura. En 2023 las exportaciones de defensa y seguridad de la industria española superaron los 3.700 millones de euros y su recaudación fiscal también se situó por encima de los 3.700 millones, el equivalente al 1,4 por ciento de los ingresos tributarios en ese año.

Radiografía del sector
Facturación de la industria
de defensa y seguridad
En millones de euros. Datos 2023
Total: 8.042
Defensa espacio
Seguridad
72
148
Defensa naval
1.110
Defensa terrestre
1.515
Aeronáutica militar
5.197
Contribución al I+D+I
En millones de euros.
Datos 2023
Total: 817
Aeronáutica
militar
545
Defensa
terrestre
106
Defensa
naval
109
9
Seguridad
Defensa
espacio
48
Contribución al empleo
En trabajadores.
Datos 2023
Total: 121.029
Aeronáutica
militar
80.821
Defensa
terrestre
21.444
Defensa
naval
14.666
2.598
Seguridad
1.499
Defensa
espacio
Productividad del sector
En euros por trabajador. Datos 2023
Media de España
63.661
Media industria España
78.258
+80%
Defensa y seguridad
137.334
Fuente: Análisis PwC a partir de información
de TEDAE e INE / ABC

Radiografía del sector
Facturación de la industria de defensa y seguridad
En millones de euros. Datos 2023
Defensa espacio
Total: 8.042
72
Aeronáutica militar
Defensa naval
5.197
1.110
148
1.515
Defensa terrestre
Seguridad
Contribución al empleo
Contribución al I+D+I
En trabajadores.
Datos 2023
En millones de euros.
Datos 2023
Total: 817
Total: 121.029
Aeronáutica
militar
Aeronáutica
militar
545
80.821
Defensa
terrestre
Defensa
terrestre
106
21.444
Defensa
naval
Defensa
naval
14.666
109
2.598
9
Seguridad
Seguridad
1.499
Defensa
espacio
Defensa
espacio
48
Productividad del sector
En euros por trabajador. Datos 2023
Media de España
63.661
+80%
78.258
Media industria España
137.334
Defensa y seguridad
Fuente: Análisis PwC a partir de información de TEDAE e INE / ABC
En una entrevista con ABC, el presidente de la Fundación Feindef, Ángel Olivares, ex secretario de Estado de Defensa, también coincidía en que, desde el punto de vista de la innovación y la tecnología, la industria militar española «está preparada para afrontar cualquier reto». Sin embargo, avisaba de que la guerra de Ucrania ha revelado un importante déficit: «La necesidad de fortalecer la cadena de suministros, intentar que la industria pueda responder con mayor prontitud a las demandas que se están generando». Esto obliga a toda una reconversión del sector no solo en España sino en toda Europa, acelerada además por la necesidad de adquirir soberanía estratégica y las llamadas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a que los países europeos asuman mayor responsabilidad en su seguridad y defensa.
En este sentido se encaminan muchos de los proyectos impulsados por Bruselas para la financiación de nuevos proyectos de armamento y material. Recientemente la Comisión Europea publicó su libro blanco para la defensa, con el horizonte del año 2030, y el denominado Plan ReArmar Europa, con una inyección de más de 800.000 millones de euros para impulsar el sector. «La era del dividendo de paz hace mucho que acabó. Europa está dispuesta a estar a la altura de las circunstancias. Debemos invertir en defensa, reforzar nuestras capacidades y adoptar una actitud activa en materia de seguridad», asumió la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen.
Ese plan de rearme –un término que no gusta al presidente del Gobierno español, según él mismo ha reconocido–, incluye varias medidas para facilitar el aumento de la inversión militar de los estados miembros. Entre ellas contempla un nuevo instrumento específico de 'Acción por la Seguridad de Europa', SAFE, basado en la recaudación en los mercados de capitales de hasta 150.000 millones de euros que serán desembolsados a los países de los Veintisiete que lo soliciten mediante la fórmula de préstamos a largo plazo. Estos fondos tendrán que ir destinados a la compra de capacidades con la condición de que participen de forma conjunta empresas de varios países europeos. «Esto contribuirá a garantizar la interoperabilidad y la previsibilidad, y a disminuir los costes de cara a la creación de una sólida base industrial de defensa europea», explica la Comisión.



También lleva ya tiempo en marcha la financiación mediante los Fondos Europeos de Defensa. La cuarta convocatoria, dotada con 920 millones de euros, se resolvió la pasada semana con la selección de 62 nuevos proyectos conjuntos de investigación y desarrollo. En ellos participan numerosas empresas españolas aliadas con compañías europeas para el desarrollo de vehículos de transporte terrestre, navales y aéreos, así como sistemas de mando y control, comunicaciones o interoperabilidad. El liderazgo lo asume Indra con su participación en doce proyectos, uno de ellos liderado por la compañía. También hay varias iniciativas enfocadas a la ciberseguridad, uno de los entornos en los que ha puesto el foco el Gobierno español.
En las anteriores convocatorias, en las que en total se han asignado unos 4.000 millones desde 2021, también participaron decenas de compañías españolas. Como concepto global, es una iniciativa que «tiene como objetivo general estimular la competitividad, la eficiencia y la capacidad de innovación de la base tecnológica e industrial de la defensa europea en toda la Unión», explica la Comisión.
«A pesar de que los grandes productores de defensa siguen prefiriendo llevar a cabo la I+D de defensa en un contexto nacional –entre otras cosas, para no tener que compartir tecnologías y normas–, España presenta la cuarta mayor tasa de participación en proyectos del FED (sólo por detrás de Francia, Alemania e Italia) y las entidades españolas han hecho gala de una capacidad efectiva a la hora de liderar proyectos», reconoce un análisis del Real Instituto Elcano. Sin embargo, avisa de que España debe dar un paso al frente en el nuevo contexto europeo, que va más allá de la I+D para dar el salto al desarrollo de capacidades militares conjuntas. «Es necesario que el Ministerio de Defensa de España asuma un papel de liderazgo en la gestión y coordinación del planteamiento español», apunta el mismo análisis, que reivindica además que el país no debe quedar al margen de las decisiones sobre la dirección que seguirá la política de defensa comunitaria, unido a un proyecto nacional sólido. «La fragmentación de las prioridades a nivel nacional es un lastre para las posibilidades de que España alcance su pleno potencial en materia de industria de defensa», ahonda.
Compras de la OTAN
La OTAN, por su parte, también ha adquirido durante el último año productos de empresas españolas. En concreto, según el rastreo del informe 'Spain', entre octubre de 2023 y septiembre de 2024 la Alianza Atlántica encargó a una docena de empresas españolas 45 contratos por un montante global de más de 27,6 millones de euros. En los doce meses anteriores fueron diez las empresas españolas que recibieron encargos de la OTAN por alrededor de 24 millones. A ello se suma la firma de varios acuerdos marco con otras compañías de los que derivarán las adquisiciones en el futuro.
Pese a que la OTAN no dispone de fuerzas militares propias, su capacidad de compras es notable, sobre todo a través de la Agencia de Adquisición y Apoyo (NSPA). «El objetivo principal es dotar a los países miembros con aquellas infraestructuras y sistemas que exceden de los requisitos nacionales e individuales de la defensa nacional», explica el Ministerio de Defensa español.
Todas estas claves sobrevolarán Feindef, una cita marcada por la nueva era que ha generado el convulso contexto geopolítico y por las oportunidades y desafíos que abre a la industria española de defensa.
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