Especial másteres

Los dinámicos semilleros en los que germina la innovación

Los másteres no solo ofrecen formación sino que también dan el impulso para que florezcan nuevas startup fundadas por los estudiantes b

El ecosistema de startup acelera su viaje a la descentralización

Charo Barroso

El mundo del emprendimiento innovador sigue batiendo récords en nuestro país. Así lo atestigua el reciente informe 'Spain Ecosystem Report', publicado por Dealroom. Durante el año pasado la valoración conjunta de las startups nacionales superó, por primera vez en la historia, los 100.000 ... millones de euros. Al cierre del año, la cifra era de 102.000 millones, un alza del 14% en comparación con 2022. El estudio revela que los sectores que recibieron más inversión fueron los vinculados con el clima y con la biotecnología. A pesar de la desaceleración en la inversión de año pasado (2.331 millones, según la Fundación Innovación Bankinter), estas empresas viven un momento de madurez y consolidación que tiene una palanca importante en el universo de las escuelas de negocios y la formación de posgrados.

Un ejemplo de este efecto tractor es el ecosistema emprendedor del IESE. «Tenemos más de 8.000 emprendedores en más de 41 países», señala Josemaria Siota, director de Entrepreneurship and Innovation Center del IESE. Ejemplos del éxito de sus programas son Lazada, la plataforma de comercio electrónico con sede en Singapur, fundada por Gerald Glauerdt, ex alumno del MBA y Letgo, empresa de la que fue cofundador Enrique Linares, otro exalumno.

«Para nosotros el emprendimiento no es solamente que un joven monte una empresa 'tech', es algo más rico. Tenemos otros modelos, como crear una compañía de fondos de búsqueda, una iniciativa que estamos haciendo con la Universidad de Stanford: en vez de crear de cero, se compra algo existente y se hace crecer», explica Siota. «Otras vías —afirma— son generar empresas asociadas a tecnologías emergentes, fondos de inversión o convertirse en un business sénior». La muestra del potencial de los programas la dan las cifras: «Cerca del 30% de nuestros estudiantes generan la empresa o emprenden durante los primeros 5 años después de graduarse».

La mentoría que ofrece IESE depende de la facturación y la madurez de la startup «porque el tipo de desafíos a los que se enfrentan son distintos», aclara. Los programas WeStart y WeGrow diferencian los grados de desarrollo. La formación en IESE para favorecer el emprendimiento dispone de un eje horizontal y otro vertical, según Siota: «El horizontal es que en todos nuestros programas existe lo que llamamos el espíritu emprendedor. El vertical está centrado en formación específica a fundadores internacionales de alto crecimiento». Siota destaca la «oportunidad enorme que supone la relación entre empresas, centros de investigaciones y universidades con startups innovadoras».

Inteligencia artificial

Guillermo Peña es un ingeniero informático de 46 años que ha trabajado durante dos décadas como consultor tecnológico en British Telecom, Indra o Telefonica I+D. La experiencia y relación con el mercado cultural de la Aceleradora Cultural de EAE Madrid le llevó explorar las posibilidades de la unión de la cultura y la IA. Una de las características de esta aceleradora es que presta su apoyo a innovadores proyectos de emprendimiento aunque no estén vinculados a EAE.

Peña se encuentra ahora desarrollando el proyecto Mindsaic, una iniciativa de inteligencia artificial conversacional, «un 'software' con el que puedes hablar naturalmente, te escucha, te entiende, te habla y realiza acciones de forma inteligente», expone. «De este modo podemos crear sistemas —dice — que entrevistan a un candidato a un puesto laboral, a los que se le pide una factura o incluso que simulan ser un personaje histórico con el que conversar».

Guillermo Peña charla con Ramón y Cajal, una de las opciones que abre la IA conversacional de su proyecto Minsaic, respaldado por EAE

Las posibilidades de ocio que concede el proyecto se adecuan a los intereses personales, según Peña: «Imagina que estás leyendo tu novela favorita, y en una de las páginas encuentras un código QR. Lo tomas y ya tienes en tu móvil un personaje de la novela con quien charlar. Tendrá su personalidad, su voz, su aspecto, y sabrá todo lo que ha acontecido en la novela hasta esa página. Imagina hablar con Frodo sobre el anillo, con Dumbledore sobre su alumno favorito, preguntarle a Velázquez quiénes son los que se dan la mano en 'La rendición de Breda' o a Santiago Ramón y Cajal por qué no tomó posesión nunca del puesto que le concedió la RAE».

«La Aceleradora Cultural de EAE Madrid ha sido esencial en nuestra evolución. Supieron ver nuestro potencial, nos dieron la formación empresarial que sin duda necesitábamos, nos enseñaron a conocer el complejo mundo cultural y nos dieron visibilidad para dar a conocer nuestras soluciones», sentencia el emprendedor.

Inspiración y aceleración

David Rovera, manager de eWorks, el espacio de creación de empresas de Esade y el Esade Entrepreneurship Institute, comenta que el programa ocupa todo el proceso del emprendimiento «desde la inspiración a la aceleración, sobre todo durante la parte principal del curso académico, entre septiembre y junio». El contacto directo con compañías en 'hubs' de emprendimiento Londres, Berlín o Silicon Valley es una baza importante.

Como un componente de 'community building', cada dos semanas se organizan eventos fuera del espacio académico para que los alumnos presenten sus ideas de negocio y puedan recibir 'feedback' de los distintos invitados, como profesores, emprendedores de éxito o inversores y facilitar el 'networking'. Son los eFounders Meetup. «A esa capa —declara Rovera— añadimos reuniones de 'matchmaking', sobre todo con universidades tecnológicas, con escuelas de ingeniería, pero también con Coding Bootcamps». Esta es la etapa de inspiración.

En la fase de incubación, abierta también a personas externas a Esade, se ayuda a validar la idea de emprendimiento, aunque sea muy básica, «a entender si existe oportunidad de mercado, a buscar equipo, a comprender si tiene sentido continuar como emprendedor», apunta Rovera. Suele tener lugar entre invierno y primavera.

Todos los cursos, Esade organiza un evento que cierra las fases de inspiración e incubación y abre la etapa de aceleración que se celebra durante el verano, el eWorks Accelerator. «Aquí entran proyectos —indica— con equipo formado, que ya tengan idea y validación de mercado. Les ayudamos a acelerar la iniciativa con inversores profesionales externos, o que consigan con sus propias capacidades ir creciendo sin necesidad de más inversión. Va de junio a octubre y está montado de manera online». Un Demo Day a mediados de octubre sirve para presentar las mejores compañías en sociedad.

Prueba del éxito de antiguos alumnos de Esade lo representa Dogfy Diet, empresa pionera en la elaboración de comida natural para perros, que fue reconocida con el Premio a la Mejor StartUp 2023, distinción concedida por ESADE Alumni y BStartup de Banco Sabadell. La compañía fue fundada por Sergi Font, antiguo alumno de Esade, junto con Josep Font y Gonzalo Noy. Dogfy Diet elabora recetas personalizadas para mascotas, teniendo en cuenta las características individuales de cada animal. El principal motivo para merecer este reconocimiento fue el enfoque internacional de Dogfy Diet desde sus comienzos. Otra de las compañías que han nacido al calor de programas de Esade es Kleta, modelo de alquiler de bicicletas.

Gonzalo Noy y Sergi Font, cofundadores de Dogfy Diet, firma pionera en elaboración de comida natural para perros premiada por Esade

El Venture Lab es un programa abierto a los estudiantes del Instituto de Empresa (IE) y a antiguos alumnos que ha favorecido el desarrollo de LIV, iniciativa emprendedora de Teresa Castilla (IMBA en 2019). Tras estudiar Ciencias Económicas en la Universidad Complutense, desarrolló su carrera profesional en el sector de la banca en Londres. Ahora, con 37 años, centra todos sus esfuerzos en sacar adelante su proyecto: «Mi trabajo en Reino Unido me permitió comprobar que existía un problema con las cuentas corrientes de las personas que habían fallecido, con la gestión de las herencias». La herramienta que ofrece LIV «no es una preparación para la muerte, sino un complemento para vivir la vida con más tranquilidad en todos los sentidos económicos y también legales en caso de fallecimiento», asegura.

El Venture Lab del IE fue una palanca de crecimiento para LIV, el proyecto de 'legal tech' de la emprendedora Teresa Castilla (a la derecha)

«En el IE aproveché —relata— para validar esta idea a través de clases y los diferentes laboratorios. En el Startup Lab se simula un panel de inversión con inversores reales, donde te muestran los puntos fuertes y flojos de tu proyecto. Con un par de compañeros llevamos la iniciativa al Venture Day, una especie de competición para gente que forma parte del ecosistema del IE, y quedamos los segundos».

Apoyo decisivo

Castilla decidió seguir adelante y fundó la empresa, aunque en mitad de la pandemia de Covid-19 resultó bastante complicado. La plataforma funciona en España, Reino Unido y algunos países de Latinoamérica. Subraya el papel relevante del IE en el devenir de su negocio: «En el Venture Lab se terminó de fraguar la idea, con ayuda de mentores, de contactos con la industria de los seguros. Algunos miembros de mi equipo permanente son antiguos alumnos del IE. También me han ayudado en el tema legal profesores y el Legal Clinic, donde te asisten para resolver ciertos asuntos. He encontrado valor antes y después, tanto con gente que pertenece al ecosistema del IE como empresas y especialistas que tienen relación con el IE».

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