Semillas de crecimiento para la biotecnología agroalimentaria

Un programa del centro tecnológico AINIA junto al MAPA ayudará a dinamizar el ecosistema de startups centradas en este ámbito

Las 'renovables' agrícolas plantan las semillas de la productividad

En AINIA aportan soluciones integrales de innovación

05/11/2023 a las 04:13h.

Desde que se puso en marcha hace 36 años el centro tecnológico AINIA ha aportado numerosas soluciones de innovación, sobre todo en los sectores químico, cosmético, farmacéutico y medio ambiental. Con sede en Paterna (Valencia), puede presumir de estar entre los centros tecnológicos europeos ... con mayor base social empresarial, contando con más de 700 empresas asociadas y 1.600 clientes. «Innovamos con las empresas para resolver sus necesidades. Ofrecemos servicios tecnológicos que se nutren de la biotecnología, de tecnologías digitales, etc…», afirma Andrés Pascual, director de Innovación de AINIA. «Escuchamos sus desafíos tecnológicos, en el marco de I+ D, y les ayudamos ya sea como una colaboración externa, haciendo ensayos, escalando procesos... Aprovechamos nuestros recursos, con plantas pilotos y laboratorios», añade, recordando también que las actividades realizadas pueden ser tanto experimentales, de asistencia tecnológica o de formación, entre otras.

Dentro de sus últimas iniciativas se encuentra el programa START-BEC para el acompañamiento tecnológico a empresas emergentes en el ámbito de la bioeconomía. Fruto de un convenio con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), su objetivo es impulsar cadenas de valor vinculadas al sector agroalimentario, que contribuyan a dinamizar el ecosistema de innovación y a generar nuevas oportunidades de negocio, en el marco de la Estrategia de Bioeconomía Horizonte 2030. Según datos de la Comisión Europea, la bioeconomía es un macro sector que proporciona empleo a 17,4 millones de personas en la UE, y aporta 657.000 millones de euros a la economía europea. Asimismo, se estima que, en 2035, la industria basada en la bioeconomía habrá generado unos 400.000 nuevos empleos en Europa, tanto en entornos urbanos como rurales. «Hace algún tiempo que contemplamos tener un modo de colaboración con las startups, para acompañar a las que tengan más potencial y seamos capaces de ayudarlas. A través de este programa conseguimos establecer un vínculo, es una línea de trabajo nueva y que seamos una referencia», resalta Pascual.

El motivo por el que se ha elegido trabajar con startups en el ámbito de la bioeconomía agroalimentaria es por la importancia de dicha área. La bioeconomía se basa en la producción de recursos biológicos renovables y la conversión de estos recursos, sus subproductos y los flujos de residuos, en productos de valor como alimentos, piensos, bioproductos y bioenergía. «Puede verse como un macrosector donde está la agricultura, la alimentación pero también el sector de la madera y el mueble, el textil, el químico… siempre que usen recursos biológicos», indica el director de Innovación de AINIA. Además, llama la atención al hecho de que un tercio de los alimentos que producimos no llegan al consumo humano y para su producción se utilizan grandes recursos como el agua. Por ello, «debemos tener una estrategia común. Los residuos de este sector pueden ser materia prima para producir productos químicos o materiales. Queremos sacar el máximo provecho e ir hasta el final, que sería poder producir energía».

Desde AINIA recuerdan que la bioeconomía es un modelo económico donde se busca esa eficiencia, «conceptualmente va más allá de una estrategia de mejora ambiental, es sobre todo crear actividad económica», matiza Pascual. Es decir, con la bioeconomía combinamos la protección ambiental y la eficiencia de recursos con el desarrollo económico «que se plasma con nuevas empresas y nuevos productos en las ya existentes».

Posibilidades

El responsable de Innovación cree que hay mucho espacio para nuevas empresas en este campo, aunque «todas ellas deben competir con productos que vienen del petróleo, del plástico. Deben hacer lo mismo, pero con materia vegetal. Hay muchos retos, necesitas conocimiento tecnológico y queda mucho trabajo por hacer», reconoce.

La bioeconomía es una estrategia de mejora ambiental, pero centrada en crear actividad económica

Como ejemplos de nuevos negocios basados en la bioeconomía Andrés Pascua hace referencia al cultivo de microalgas; la producción de Lemna o insectos; la obtención de ingredientes alimentarios a partir de subproductos vegetales deshidratados y en polvo; la obtención de materiales biodegradables y compostables a partir de restos vegetales; la fabricación de tejidos a partir de subproductos procedentes de la producción de zumos; el desarrollo de recubrimientos naturales para alargar la vida útil de productos frescos; aplicaciones que gestionan la venta de fruta directamente del agricultor al consumidor o de excedentes de productos alimentarios, entre otros.

A través del programa Start-Bec se va a desarrollar una plataforma que será punto de encuentro con startups que desarrollen su actividad en este campo. Dichas startups tienen hasta el 1 de diciembre para presentar sus proyectos y las necesidades que tengan para desarrollarlo. «Está teniendo muy buena acogida y esperamos tener 100 startups registradas. Elegiremos a 10 de ellas y en el 2024 empezaremos a trabajar con ellas», revela Pascual. Cree que este acompañamiento puede llegar a ser decisivo porque «algunas solo necesitan asesoramiento en cuestiones técnicas, hacer pruebas… esta ayuda va a ser decisiva para resolver aspectos técnicos».