El ecosistema de startup acelera su viaje a la descentralización

El acceso a financiación, a contactar con 'business angels', se convierte, por lo tanto, en todo un reto para estos ejemplos de iniciativa privada marcados por la innovación y el talento, en tiempos en los que la Ley de Startups (Ley de Fomento del Ecosistema de las Empresas Emergentes) ha dado sus primeros pasos, así como (y desde el pasado febrero) la ONE (Oficina Nacional de Emprendimiento).

La pasada semana han coincidido la celebración de dos eventos directamente relacionados con el ecosistema de startups el evento de presentación de Alhambra Venture en Madrid y el propio de South Summit Madrid 2024 (con la presentación del informe 'Impacto socioeconómico de South Summit en España 2024', elaborado por PwC).

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En el primero de ellos (organizado por Grupo Vocento, impulsordel encuentro) asistieron representantes de comunidades autónomas como las de Madrid y Andalucía, así como destacados y reconocidos inversores como Alberto Alcázar (KFund), Javier Torremocha (Kibo Ventures), Ramón Blanco (Bewater Fund) y Rodolfo Carpintier (Cardom Digital). Una 'presentación en sociedad' del evento que se celebrará (undécima edición) en Granada del 10 al 12 de julio, en la que los participantes coincidieron «en intercambiar experiencias entre los actores implicados, y en colaborar para el bien general del ecosistema español».

En este contexto, Ignacio Rodríguez Morales, coordinador de Alhambra Ventures, señala cómo «el éxito de una startup radica en múltiples factores, de los cuales sólo unos cuantos dependen del lugar en el que nacen. En primer lugar, toda startup nace de una idea y una oportunidad de satisfacer una necesidad mediante una solución innovadora, disruptiva y escalable. En este punto es donde ciertas zonas de nuestro país partían en desventaja, por la dificultad del acceso a la innovación e investigación más avanzada».

Dicho lo cual, señala los avances en este sentido: «En los últimos tiempos, regiones como Andalucía o ecosistemas mucho más pequeños como Ceuta han sido conscientes de la importancia estratégica, poniendo en marcha diversos programas de transferencia de investigación y aceleración de startups, de modo que, hoy en día, el ecosistema de startups en España es cada vez más variado y prometedor».

En el caso de la presentación de South Summit (del 5 al 7 de junio) se indicó cómo un 51% de los asistentes llegaron desde fuera de Madrid. En el ámbito general, destacan cómo «el valor del ecosistema emprendedor español creció casi un 5%, al pasar de 93.600 millones de dólares en 2022 a los 98.200 millones de dólares de 2023. El tejido emprendedor español también se fortaleció en 2023 con la creación de nuevas startups: 12.354, un 3% más que en el año 2022 (un 8% más de incubadoras -118- y un 1% de aceleradoras -221).

De acuerdo al estudio, «en el ámbito nacional, Madrid (41% de inversores, 33% de inversión total del ecosistema nacional y el 31% de startups) y Barcelona (34% , 39% y 23%) se mantienen como los ecosistemas emprendedores de referencia».

Un escenario de bajadas de tipos de interés condiciona la inversión, como subraya Alejandro Villarán (en su caso, desde Huelva), con años de experiencia a ambos lados de la actividad (como emprendedor y como inversor): «Emprender desde una ciudad pequeña presenta desafíos únicos, como la falta de visibilidad ante inversores, pero también ofrece oportunidades para atraer talento de calidad a un precio razonable. La calidad de vida alta en comparación con grandes ciudades, hace que sea atractivo para profesionales talentosos, en busca de un entorno laboral que aporte valor y bienestar».

Villarán es el creador de la startup GrowersGo, «la primera app del mundo que combina jardinería y 'gaming' para nuestro crecimiento personal y el primer hotel temático de crecimiento personal y plantas de Europa, para el que contamos con el apoyo de nuestras instituciones».

«Como inversor (añade Villarán), al ser Huelva una ciudad pequeña, tengo la posibilidad de conocer casi todas las iniciativas startup que surgen, colaborar como mentor en La Lonja de la Innovación, ayudar a 'founders' locales con mi experiencia , mi capital y mi network y contribuir a construir un ecosistema local, compartiendo mi historia con nuevas generaciones en la universidad y los centros de FP y visibilizando proyectos de Huelva en el ecosistema nacional».

En el caso de Miguel Ángel Díez Ferreira, es una referencia en este ecosistema, tanto por su experiencia como creador de startups y consultor como por su actual desempeño como fundador y CEO de Startups Institute, un entorno de formación y networking para emprendedores. «Cuando fundé RedKaraoke en 2007 con mi hermano (recuerda), él sólo me puso como condición que la empresa estuviera en Logroño… y eso tiene consecuencias, algunas buenas y otras malas. Entre las buenas, que la oficina o los sueldos son más baratos, y tienes mucho apoyo de las entidades locales y regionales (como hay pocas empresa innovadoras, pues destacas). Pero lo malo pesaba mucho: estábamos fuera del ecosistema y eso nos restaba visibilidad, costaba mucho atraer talento de alto nivel, y era más complicado convencer a inversores, partners, etc., no había acceso a formación de calidad, etc.».

«Sin embargo (continúa explicando Díez Ferreira), fui descubriendo que mi caso no era único. Hay startups magníficas en los sitios más recónditos. Por eso, cuando definí cómo debía ser la formación orientada para emprendedores que íbamos a impartir en Startups Institute, tuve claro que debía ser en remoto (con clases en directo, no grabadas), para que todos los emprendedores sin excepción pudieran acceder a formación de alta calidad sin tener que moverse».

Uno de los casos de startups que han pasado por la institución es la canaria Guanxe, cuyo creador, Luis Hernaiz, pudo adquirir (desde su formación de marketing) conocimientos para surcar con éxito las aguas de la innovación: «Lanzar una startup desde regiones ultraperiféricas como las Islas Canarias tiene un reto añadido, que es la dificultad para conseguir financiación por parte de los fondos de inversión. Los fondos invierten estadísticamente en menos del 1% de las startup que les presentan candidaturas, ya que los filtros suelen ser muy exigentes, más aún en la situación económica actual. Si le sumamos que la startup se encuentra fuera de los grandes núcleos urbanos o de capitales europeas, conseguir financiación se convierte en una tarea casi imposible».

En todo caso, Hernaiz ha asentado su startup de e-commerce «que facilita y permite comprar online a usuarios ubicados en regiones 'ultraperiféricas' con acceso limitado a las grandes plataformas de comercio electrónico como Amazon, Zalando, Deporvillage etc...» con la previsión de dar el salto a países de África Occidental y, en su momento, creó Fundador de Canary Flash, startup adquirida por la multinacional JUSTEAT en 2019.

Otro ejemplo de brega empresarial es el de José Manuel Ruiz y Paintec (fundada en Ejea de los Caballeros, a 70 km de Zaragoza): «Nuestra filosofía era muy clara y directa: ofrecer servicios tecnológicos para el sector agrícola desde el medio rural y para el medio rural. Es cierto que a día de hoy, Paintec ha pivotado hacia otros sectores más amplios e industriales y que en estos momentos tenemos otras necesidades, pero nuestra experiencia en el desarrollo de una startup fuera de Madrid o Barcelona ha supuesto un balance, sin duda, muy positivo».

Lo mismo ha sucedido con la startup también aragonesa Cristóbal App (herramienta gratuita que ayuda a mejorar la salud de los camioneros a través de actividades de espalda, nutrición, 'mindfulness', etc., con asistencia sanitaria en 16 idiomas) o la castellonense Naria (Castellón) que han desarrollado una plataforma blockchain para conectar al sector social con entidades privadas e instituciones públicas para garantizar la eficiencia en la distribución de ayuda alimentaria (parte del programa de aceleración de Social Nest Foundation y Danone, galardonada en el evento The Gap in Between de Social Nest Foundation con el premio de Inclusión Social)… Sólo unas muestras de la posibilidad de nacer, crecer (y no desaparecer) fuera de los grandes centros empresariales.