La escalada del precio del aceite hunde un 45% la exportación
España pierde cuota de mercado y países como Turquía aprovechan la crisis y aumentan sus ventas un 241%
La marca España se resiente y el consumo cae un 30% mientras las patronales piden respaldo al Gobierno
Solo las lluvias de otoño aliviarían la grave crisis de los olivareros
La producción de la última cosecha fue la más baja en 30 años
El aceite de oliva es hoy más 'oro líquido' que nunca. La escalada de precios que desde hace un año sufre uno de los productos estrella de la dieta mediterránea, está modificando los hábitos de consumo de las familias y, lo más grave, afectando de ... lleno al pulmón exportador de un producto que lleva la marca España por todo el mundo. Italia, Francia, Portugal, Bélgica, Reino Unido, Estados Unidos, Australia... el mapa de las ventas al exterior es mayúsculo, pero el alza de precios en casi un 40% ha hecho estragos.
La tormenta perfecta que cae sobre el sector olivarero ha llevado en apenas un año el precio del aceite desde los cuatro euros hasta los alrededor de nueve que cuesta hoy un litro. ¿Los motivos? Las olas de calor cada vez más recurrentes a causa del cambio climático, y la sequía extrema han provocado que la cosecha pasada fuera muy inferior a la producción habitual. El menor riesgo por la falta de agua en los pantanos y la espiral de costes e impuestos que sufren los olivareros han hecho lo demás.
La producción de la última cosecha fue la más baja en 30 años, con 663.000 toneladas, menos de la mitad del año anterior, recuerdan los directores generales de la Asociación España de la Industria y Comercio Exportador (Asoliva) y la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores (Anierac), Rafael Pico y Primitivo Fernández, respectivamente, en una entrevista con ABC. Su mensaje es de calma: no se va a producir desabastecimiento en España, teniendo en cuenta que el aceite no vendido de otras campañas (stock de enlace) alcanza las 250.000 toneladas, el 35% de aceite producido, que garantizará el consumo hasta la próxima cosecha.
La voz de alarma la da el responsable de Asoliva cuando se aborda el impacto de la subida de precios en las ventas al exterior. Explica que la oferta se ha ido acoplando a la demanda, pero que mes a mes los precios han ido subiendo en una escalada que ha caído como un proyectil entre los consumidores nacionales, pero sobre todo en los internacionales, mercado al que va dirigido el 70% del aceite que se produce en España, el primer productor mundial. A consecuencia de las subidas, que han convertido el aceite en un artículo no apto para todos los bolsillos, el volumen de ventas a los mercados internacionales ha caído un 45% y un 30% el consumo interno, «faltando los meses más delicados, porque cuanto más suban los precios, menos posibilidades de venta», recuerda Pico.
Fidelidad del cliente
En España los consumidores se decantan por dos opciones: aceite de oliva y de girasol, pero la situación para un aceite más caro se agrava en los mercados internacionales, con un abanico de productos mucho mayor. La cuota de mercado del aceite de oliva en el mercado internacional es tan solo del 3% y el resto son aceites vegetales y grasas. «Es verdad que tanto en el mercado internacional como en nacional el consumidor opta por un aceite más caro, por su calidad y porque es más saludable, pero cuando en un lineal de un supermercado hay un aceite de girasol a poco más de un euro el litro y a casi 10 euros el oliva, hay quien sigue siendo fiel al producto y quien, sintiéndolo mucho, tiene que ahorrar por el encarecimiento de la cesta de la compra», asegura el responsable de Asoliva.
Esta organización realiza un seguimiento mensual del producto en 180 países y de este trabajo se desprende que entre enero y junio las importaciones aceite de oliva han descendido un 50% en el mundo. El único país con cifras menores es Estados Unidos, con una caída del 25%, lo que se puede explicar con la renta más alta y por el hecho de que hayan aceptado el sobre precio por los beneficios del aceite sobre la salud.
Rafael Pico explica que hay dos formas de vender el aceite, envasado, que es el que logra la fidelidad del consumidor, y a granel, donde manda sólo el precio y donde la competencia es más fuerte dado que el importador busca la mejor opción. Y la subida de precios en España ha provocado el peor escenario, una dura competencia que ha sido aprovechada por países, por ejemplo, como Turquía , que ha aumentado sus exportaciones un 241%. «La situación es muy mala noticia porque las empresas dejan de exportar aceite español, España pierde cuota de mercado y es malo para la industria», dice el responsable de Asoliva, que no espera muchas alegrías con la nueva campaña, aunque sí espera que sea mejor que la pasada.
¿Qué va a ocurrir con los precios? Algunas organizaciones agrarias apuntan ya a los 12 euros de subida en 2024, opción que las patronales aceiteras descartan con el argumento de que la oferta y la demanda están equilibradas y de que los precios en origen no debería incrementarse, teniendo en cuenta además la rebaja de consumo.
Los críticas que apuntan a los márgenes comerciales como responsables del alza de precios se han multiplicado, una denuncia que rechaza de plano Primitivo Fernández. Recalca que los márgenes en la industria y la distribución son pequeños o muy pequeños, que las compras a las almazaras son siempre del mismo nivel y que el stock de enlace es constante. «No hay especulación y además nos hemos comido los pocos márgenes que teníamos», concluye.
El responsable de Anierac reflexiona sobre el protagonismo que está teniendo la subida de precios del aceite de oliva, pese a que explica que es un producto residual en la cesta de la compra, apenas supone un 2% de gasto en hogar medio, frente a otros productos con subidas mucho mayores.
Falta de coherencia
Los responsables de las patronales se quejan de la escasa ayuda del Gobierno que está teniendo el sector. Le recriminan que la rebaja del IVA para el aceite pasara sólo del 10% al 5% y no al 0% y la «incoherencia» de reducir el impuesto y poner otro sobre el plástico desde enero pasado. Aluden también al retraso de las ayudas por la sequía en «una situación excepcional» y aseguran que el apoyo al campo demanda «un mayor esfuerzo».