La CEOE rechaza de pleno la propuesta de subida salarial del 13% hasta 2024 de los sindicatos

Este es el segundo intento con la entrada de año que empresarios y sindicatos hacen para tratar de cerrar un pacto que sirva de referencia para que las 4.000 mesas de negociación abiertas en España negocien las subidas de sueldos tras el severo golpe de la inflación al bolsillo de los españoles el pasado año.

No solo es complejo el acuerdo porque la senda de subida es acusada, del 13,25% en tres años (en el periodo de 2022 a 2024), si no porque los sindicatos insisten en la introducción de las cláusulas de revisión salarial, una línea roja para las empresas. Fueron precisamente estas cláusulas las que frustraron las negociaciones anteriores por el rechazo rotunto de la organización que dirige Antonio Garamendi. Entiende la patronal que su aplicación supone una espada de Damocles para cientos de miles de pequeños y medianos negocios que no podrían soportar estas compensaciones de costes laborales.

Esta vez los sindicatos habían modulado la propuesta para estas cláusulas. No son las que operan como una resta pura y dura, entre el avance del IPC del conjunto del año y el volumen de la subida aplicada. UGT y CC.OO. plantean que a las revalorizaciones planteadas, del 5% para 2022, del 4,5% para 2023 y del 3,75% para 2024, se les sume un alza adicional por la desviación de la inflación en cada uno de los años del acuerdo, introduciendo nuevos criterios sobre la cláusula de revisión salarial, que ya no se ligará solo a la evolución de los precios, también a la marcha económica de las empresas. La cláusula de revisión salarial se vincularía a la información que se obtenga a través del Sistema de Información Económica para la Negociación Colectiva).

Las fuentes empresariales consultadas por ABC dudan de la claridad y fiabilidad del nuevo indicador planteado por las centrales que dirigen Pepe Álvarez y Unai Sordo para que compute como parte de la cláusula de revisión salarial. El planteamiento de los sindicatos pasa por involucrar tanto a la Seguridad Social como a la Agencia Tributaria en la elaboración de un listado fidedigno de beneficios empresariales. Sin embargo, la organización empresarial duda, y más aún al ponerse sobre la mesa que el estudio se retrotraiga a 2022. La oferta transmitida por las centrales sindicales parte de una revalorización del 5% el pasado año. Por lo que la aceptación por parte de la patronal abriría la puerta a compensaciones a posteriori solo por la parte de la subida. Cabe recordar que los incrementos salariales medios pactados en convenio hasta diciembre de 2022 se situaron en el 2,78%. Y también se abriría la posibilidad de que ese indicador de subida extra implicará serios esfuerzos para los empresarios al ser la parte de la inflación especialmente lesiva sobre la renta de los millones de trabajadores españoles, con un IPC que cerró en el 8,4% en el conjunto del año.

Tras el rechazo de la patronal, las partes volverán a verse las caras el lunes 13. Será la segunda toma de contacto de este año tras la del pasado 19 de enero, momento en que patronal y sindicatos volvieron a retomar las conversaciones sobre el Acuerdo Nacional de Convenios (AENC) que está en ‘stand by’ desde el pasado mayo.

La situación es compleja. Los sindicatos apuntan a las empresas como las grandes responsables de esta tormenta perfecta que está provocando un fuerte incremento de los precios de consumo y una importante caída de poder adquisitivo de los trabajadores. El choque entre los agentes sociales está frustrando también el deseo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que los agentes sociales alcanzaran un pacto de rentas para evitar los efectos de la denominada segunda ronda de la inflación. Las bondades de este pacto son argumento también de analistas y economistas, que coinciden en rechazar las cláusulas de revisión salarial, entre ellos el Banco de España.

Desde que la inflación se ha convertido en uno de los principales problemas económicos del país, el organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos ha puesto la lupa sobre los salarios y el riesgo de que su actualización con la evolución de unos precios disparados se sumen como factor a la energía y la guerra en Ucrania. Ha advertido que se alimentaría así la espiral de precios o efecto de segunda ronda.