Calviño aprovechó la dejadez de Montero con la gestión de los fondos para asumir el control

La falta de medios, la ausencia de impulso político, como consecuencia de la «dejadez de funciones» de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la presión de la Comisión Europea a España para que cumpla los hitos de legalidad y regulación en el control del dinero, así como de los ministerios de Economía y Hacienda, terminaron por agotar la paciencia de Frutos, según han asegurado a ABC fuentes solventes.

Un «vacío de poder», el que dejó Montero, que fue aprovechado por la ministra de Economía, Nadia Calviño, para hacerse con el control de los fondos. Eso sí, solo de la negociación con Bruselas como cara visible del Gobierno, no de solucionar los numerosos problemas que está generando la puesta en marcha del sistema informático de control, Coffee, y de organización interna del personal, distribuido en varias sedes, lo que dificulta la coordinación.

Los funcionarios encargados de gestionar el plan se encuentran en medio de una doble autoridad ministerial, lo que le genera una gran confusión. «Ese es el problema de tener dos cabezas, una, que es la tuya, a la que estás supeditada jerárquicamente, pero que no ejerce sus funciones, y otra, de la que realmente no dependes, pero que es la que está mandando. La dicotomía es horrorosa llevarla a cabo, es insufrible», subrayan a este periódico fuentes solventes.

A la ministra María Jesús Montero, siempre según la versión de estas fuentes, «no le interesa, ni entiende, ni quiere. Está a otras cosas, volcada ya en el tema de la campaña electoral que le va a importar el tema de los fondos. Es una pena que una cosa que es tan importante para España la última decisión sea de alguien que no está en ello. Ese espacio, Nadia Calviño, obviamente, que tiene mucha relación con Bruselas, y quiere tener allí su salida natural, lo ha aprovechado».

El desconcierto entre los funcionarios que trabajan en los fondos es total. «La ministra Calviño está cogiendo todo lo que Montero no quiere hacer, la parte buena de relación directa con la Comisión, de llevar el tema saliendo en los medios; pero la parte mala, que es bajar al barro, luchar por que salga el sistema de gestión o hablar con los ministerios, se la deja a Hacienda. Si tanto protagonismo quiere tener Economía, lo suyo es que la secretaría General que lleva los fondos estuviera en Economía, no Hacienda», reprochan al Gobierno.

La dimisión de Frutos no ha sido la única que se ha producido, en mayo dejó el cargo el subdirector del plan, Javier Simón, cesado dos meses antes al negarse a firmar unos documentos con los que no estaba de acuerdo.