Bruselas confirma que aún no ha dicho que avala la reforma de las pensiones

Escrivá ha multiplicado los viajes a Bruselas para entrevistarse con los representantes de la Comisión a los que ha venido informando de sus planes, con la idea de ajustar los elementos esenciales de la reforma a los requisitos del plan de recuperación, lo que ha animado al Gobierno a seguir adelante con sus planes, confiado en que serán aprobados. Aunque lo más probable es que finalmente la Comisión no se va a oponer a la reforma, varias fuentes concordantes aseguran que está causando cierto malestar la utilización que hace el Gobierno de esos contactos como arma política, sobre todo ahora que se multiplican los dictámenes que ponen en duda la sostenibilidad real del proyecto.

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A la larga lista de opiniones críticas se sumó ayer el 'Financial Times', que dedicaba al tema un reportaje titulado: «La solución española al déficit de pensiones: que paguen los jóvenes». Para la Comisión, efectivamente, la opinión más relevante ha sido la de la Airef, que se creó precisamente a instancias suyas en la anterior crisis y que también considera que existen dudas sobre la sostenibilidad real del proyecto planteado por el Gobierno, que a su juicio incrementará el déficit público.

La eurodiputada de Ciudadanos, Eva Poptcheva, también se ha dirigido a la Comisión al constatar que «distintos medios de comunicación afirman que el Gobierno ha recibido el aval de su reforma de las pensiones por parte de la Comisión» por lo que le pregunta si «coinciden las estimaciones provistas por el ministro Escrivá a la Comisión con las de la Airef» o «qué ingresos adicionales ha presentado a la Comisión para suplir los 1,1 puntos adicionales del déficit» que prevé el informe de la Airef.

La suma de todos los dictámenes acumulados que exhiben críticas a la reforma está incomodando sensiblemente a los expertos de Bruselas, que con el reglamento del fondo de recuperación en la mano tendrán probablemente que dar por buenos los planes del Gobierno, porque siguiendo estrictamente a la letra los compromisos del plan propuesto por España, la propuesta de reforma del Gobierno podría entrar dentro de lo que fue aprobado hace año y medio. Ese habría sido el argumento que el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, le habría explicado al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cuando se reunió con él en Bruselas la semana pasada. Por eso, en la respuesta por escrito a ABC, la Comisión reconoce que «ya ha evaluado positivamente algunas reformas del paquete de pensiones que contribuyen a respaldar la adecuación y el poder adquisitivo de las pensiones, incluido su impacto fiscal individual, en el contexto de las tres solicitudes de pago evaluadas hasta el momento».

En la propuesta que defiende Escrivá figura un mecanismo automático para subir las cuotas de las cotizaciones en caso de que los gastos superen a los ingresos, lo que a ojos de Bruselas constituye una garantía, al menos teórica, de que se mantiene el objetivo de la sostenibilidad, aunque sea con recetas que desequilibran la situación económica por el lado del empleo.

Pero si toda la avalancha de opiniones contrarias al planteamiento de Escrivá se revelan ciertas, la Comisión deberá asumir también la responsabilidad de ese fracaso.