La inflación y la burocracia amenazan con frustrar cientos de proyectos con fondos europeos
El Gobierno ha dejado fuera de la revisión de los contratos públicos la subida de la energía
Casi 500 contratos valorados en 230 millones ya se han quedado desiertos por el alza de los costes de construcción
Calviño pide ideas a los ministros para optar a otros 84.000 millones de los fondos europeos
La ejecución de los fondos europeos ha dejado hasta ahora más dudas que certezas y en los próximos meses se puede enfrentar a la 'tormenta perfecta'. Porque a las fuertes trabas burocráticas que rodean estos concursos se ha sumado en los últimos ... meses un condicionante inesperado: la inflación.
La escalada de los precios -motivada sobre todo por el encarecimiento de la energía- ha disparado los costes del tejido productivo, que solo apuesta ya por optar a proyectos que ofrezcan grandes rentabilidades. Una situación que puede dejar cientos de proyectos sufragados con fondos europeos desiertos, sin nadie que oferte por ellos, durante los próximos meses debido a que a las empresas no les sale a cuenta por la escalada de costes a los que tienen que hacer frente y que no se recogen en las licitaciones.
El problema afecta a varias ramas de actividad, pero ha sido la construcción la que se ha movilizado para denunciarlo. Fuentes del sector temen una oleada de proyectos fantasmas por los que nadie oferte durante los próximos meses y que la Administración acabe culpando a las empresas. La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ya alertó a principios de año de que en 2021 unas 500 obras públicas cayeron en el olvido porque los pliegos no recogían el impacto de la inflación. Proyectos valorados en 230 millones de euros.
El Gobierno se puso manos a la obra para resolver la situación, pero la solución ofrecida no ha terminado de satisfacer a las empresas. El Ejecutivo ha activado una revisión temporal de los contratos públicos de obras afectados por la subida de precios de los materiales. Así se cubre el encarecimiento de materias primas que se produce durante la ejecución del proyecto.
Pero esta revisión tiene trampa, porque no incluye el encarecimiento de la energía. El Ministerio de Hacienda justificó esta decisión asegurando que el «Gobierno ya ha adoptado importantes medidas para amortiguar el impacto de la subida de los precios mayoristas de la electricidad en la factura de hogares y empresas, como la rebaja del IVA o del Impuesto Especial sobre la Electricidad, así como la suspensión del Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica».
La decisión de excluir los vaivenes de la energía de la revisión de precios, que contó con el apoyo de Economía y el rechazo frontal de Transportes, ha sido duramente criticada por las constructoras. Pero fuentes del sector reconocen que es ya «inamovible». Una decisión que complica la ejecución de la cascada de concursos que las constructoras -que aseguran estar implicadas en el 70% de los proyectos - esperan durante los próximos meses. Sobre todo si los precios energéticos recuperan los niveles mostrados en las últimas semanas.
Pero no solo existen dudas con los fondos europeos por su rentabilidad. Las empresas ponen en duda incluso su capacidad para ejecutar determinados planes, diseñados en la mayoría de casos por el Gobierno en exclusiva. «En el momento actual hay un gran desinterés por todo lo que rodea a los f ondos procedentes de la Unión Europea », destacan desde una gran patronal.
Fuentes empresariales denuncian que la publicación de licitaciones y subvenciones se ha hecho sin contar con la opinión del tejido productivo. Las compañías denuncian que se quedan fuera del proceso de planificación de los proyectos ya que es el Gobierno el que toma casi en exclusiva todas las decisiones. Salen las convocatorias y las empresas ven si les encaja o no.
Desánimo empresarial
Las compañías han transmitido ya al Gobierno que cunde el desánimo por varios factores. Principalmente, porque no se atiende a las necesidades de inversión reales que pueden tener las empresas. Pero también por otras razones.
El Ejecutivo ha convertido el maná europeo en un descontrol de ideas y proyectos a pequeña escala. Como publicó ABC, la mayoría de las convocatorias que se están publicando son de poco importe, entre miles de euros y algunos pocos millones. Esto, en suma, deriva en que los fondos se hayan convertido en una legión de miniproyectos sin efecto tractor para transformar la economía, denuncian fuentes empresariales.
Como factor añadido, las compañías han detectado que a menudo salen convocatorias a las que ni siquiera les da tiempo a presentarse por los plazos que se manejan. La Moncloa tiene un portal con información oficial de las licitaciones y subvenciones que se van publicando por las distintas administraciones; una suerte de saco en el que aglutinar todo para tratar de informar a las empresas y a los ciudadanos. Sin embargo, ese portal web se ha demostrado ineficaz ya que en él no figuran muchos de los contratos que van publicando.
El problema en este último caso es que las distintas administraciones sacan convocatorias a las que se puede optar durante apenas unos días o semanas, y a las empresas no les da tiempo ni a enterarse ni a prepararse para presentarse.
A todo ello, además, se une la burocracia en la que se sumen los procesos, con requisitos en las licitaciones en ocasiones extremadamente concretos y difíciles de cumplir, ya que el Gobierno pone el foco en lograr un objetivo concreto del que las compañías pueden estar muy distanciadas.
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