Los economistas piden cambiar la ley para impedir la subida silenciosa del IRPF por la inflación
Proponen que periódicamente se ajusten las tarifas, las cuantías de las deducciones y la ganancias patrimoniales a la inflación para evitar que el IPC se traduzca de forma automática en una subida real de impuestos.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Senado
Los contribuyentes españoles van a pagar de media 199 euros más de IRPF por las rentas obtenidas en 2021 por el simple efecto de la inflación. La no adaptación al encarecimiento del coste de la vida de los principales elementos de la estructura ... del impuesto, desde los umbrales de renta que determinan qué tipo impositivo se debe pagar hasta los mínimos exentos por circunstancias personales y familiares pasando por las reducciones o deducciones del impuesto, va a generar un sobrecoste fiscal que en función de la comunidad autónoma de residencia oscilará de media, según un informe elaborado por la Fundación Disenso, entre los 156 y los 250 euros anuales y que en la misma tacada va a dejar en las arcas del Estado y las comunidades autónomas unos ingresos extra de más de 4.000 millones de euros. Los contribuyentes vascos y navarros serán los únicos que se librarán de esta subida silenciosa del Impuesto sobre la Renta por la decisión de las Haciendas Forales de adaptar sus tarifas tributarias para absorber el efecto potencial de la inflación sobre la factura fiscal de sus ciudadanos.
Con la inflación anclada por encima del 6% y la presión a favor de una subida salarial generalizada cada vez más intensa, el Consejo General de Economistas de España se ha mostrado este jueves a favor de un cambio legal que instaure un dispositivo permanente al menos en el ámbito del IRPF que permita adaptar con una determinada regularidad las tarifas y el resto de elementos de la estructura del impuesto a la inflación para impedir que espirales inflacionistas como la que se está viviendo en la actualidad se traduzcan de forma automática en una subida de los impuestos a los contribuyentes.
La inflación altera la operativa del IRPF en varios planos. Uno de los más evidentes es que en ausencia de una actualización de los umbrales de renta que marcan los distintos tramos del impuesto y los diferentes tipos impositivos a pagar - mayores cuanto más elevada es esa renta -, las mejoras salariales pueden terminar empujando a los contribuyentes a tramos más caros del impuesto aún sin obtener una ganancia de poder adquisitivo real. Por ejemplo, en el caso de haber obtenido una mejora salarial del 2% en 2021 en un contexto en el que la inflación media se ha ido por encima del 3%. Algo similar sucede con los mínimos personales y familiares, ideados para eximir de tributación la parte de renta que se entiende como básica para mantener un mínimo nivel de bienestar. Sin una adaptación de esos mínimos al encarecimiento del coste de la vida, la ayuda fiscal pierde potencia y en términos reales los contribuyentes tributarán por una parte de ese básico previsto para preservar el nivel de bienestar de los contribuyentes.
"Hemos visto por los datos proporcionados por el Ministerio de Hacienda que la recaudación se ha incrementado un 15% en 2021 y eso está determinado por la inflación", ha subrayado el presidente del Consejo de Economistas, Valentí Pich . "No se nos puede olvidar que hay una franja de contribuyentes, que son los que declaran rentas de entre 20.000 y 40.000 euros aproximadamente, que son los que soportan la mayor parte de la recaudación del IRPF y a los que hay que cuidar, intentando no perjudicar su poder adquisitivo". En este sentido, Luis del Amo , responsable del Servicio de Estudios del Registro de Asesores Fiscales (Reaf), una de las patas del Colegio de Economistas, se ha mostrado partidario de establecer algún mecanismo en el IRPF que permita revisar con regularidad los principales elementos del impuesto para actualizarlos con la inflación.
Un sistema fiscal 'muy europeo'
El Consejo General de Economistas ha presentado este jueves sus propuestas para la futura reforma fiscal, que parten de las conclusiones de una serie de jornadas organizadas para abordar los flancos más relevantes de la misma: la fiscalidad empresariales, la fiscalidad autonómica y local, la fiscalidad ambiental, la lucha contra el fraude fiscal o la tributación de la riqueza.
Los economistas entienden que el sistema fiscal español está plenamente alineado tanto con el resto de sistemas fiscales europeos como con los de la OCDE y que, por tanto, no requiere de ninguna revolución, sino más bien de retoques. Retoques que, según Luis del Amo, deben partir de la base de asumir que " no hay ninguna medida de reforma fiscal que garantice una recaudación de 50.000 millones de euros", en referencia a los ambiciosos objetivos recaudatorios que el Gobierno se ha marcado para los próximos años.
"Ni podemos ni necesitamos reinventar el sistema fiscal", proclama el informe, que aboga eso sí por ajustes en numerosos ámbitos. Plantea, por ejemplo, la redefinición de la fiscalidad inmobiliaria para impedir las situaciones de doble o triple tributación que soportan las viviendas en propiedad en la actualidad. En este sentido, abogan por eliminar la tributación de la vivienda en el Impuesto de Patrimonio y en el IRPF, dejando únicamente el IBI como figura de imposición del patrimonio inmobiliario.
El informe aboga por eliminar el Impuesto de Patrimonio y dejarlo como una figura meramente informativa. La propuesta de los economistas es integrar la información recibida de este impuesto con la declaración de bienes en el extranjero, el controvertido modelo 720, y establecer un régimen sancionador disuasorio para impedir que las grandes fortunas oculten información sobre sus bienes patrimoniales.
Respecto al debate de la armonización, los economistas abogan por una regulación estatal general que garantice una cierta unidad de mercado e impida desplazamientos de contribuyentes por motivaciones puramente fiscales , pero también aboga por dejar margen de maniobra a las comunidades autónomas para establecer bonificaciones a los impuestos. Esa armonización solo alcanzarían a la imposición sobre las herencias, ya que abogan por eliminar el Impuesto de Patrimonio.
Para conseguir mejorar la capacidad de recaudación del sistema fiscal invitan a replantearse el tipo superreducido del IVA y hacer una valoración del amplísimo abanico de beneficios fiscales que drenan recaudación a las principales figuras impositivas.