2022 cierra con la mayor cifra de quiebras empresariales desde la anterior crisis
Más de 30.000 firmas desaparecieron al cierre del ejercicio pasado cuando también cayó la creación de empresas
Las insolvencias se disparan en sector de la construcción en pleno frenazo de la promoción inmobiliaria
Caen los visados de obra nueva de vivienda
el tejido económico español ha cerrado un año con más oscuros que claros. El final de la mayor parte de las medidas para contener la economía tras el Covid-19 y la coyuntura inflacionista que ha recrudecido la guerra en Ucrania, han mezclado un cóctel ... explosivo capaz de dejar a miles de empresas al borde del abismo. Tanto que, en 2022, se ha registrado la mayor cifra de concursos de acreedores desde la anterior crisis: 7.272 firmas españolas han quedado en situación de insolvencia, según la filial de Cesce, Informa D&B. Se trata de un incremento de quiebras de casi el 25% respecto a 2021 y del mayor número de empresas que caen en concurso desde 2013, el peor año de la crisis del ladrillo, cuando 9.310 firmas se declararon en bancarrota.
Un golpe que, en parte, era esperado pues la morataria concursal venía fabricando un cuello de botella en las insolvencias desde marzo de 2020, cuando debido a la pandemia el Gobierno prohibió que las empresas pidieran a sus deudores la entrada en lo que anteriormente se conocía como suspensión de pagos. Pero la moratoria finalizó el 30 de junio y, tras el verano, el alud de peticiones concursales contenido durante más de dos años llegó a los juzgados.
En todo caso, las cifras varían dependiendo de cada comunidad y sector. Cataluña volvió a ser la región con más insolvencias al sumar 1.834. Pero a nivel de crecimiento es Andalucía donde más se disparan al pasar de 492 a 711, un 44,51% más. Madrid también registra un alza parecido (33,61%) con 1.618 quiebras.
Por sectores, comercio con 1.722 termina como el que más crece en valor absoluto tras sumar 475. A estas le siguen las empresas de la construcción y de actividades inmobiliarias, con 1.397, una subida del 26%.
Preocupa el crecimiento de insolvencias que se da en los últimos meses en este último sector. En diciembre llegaron a crecer un 50% y esto ocurre cuando empieza a percibirse cierta parálisis en la construcción de vivienda. De hecho, en el último Informe de Estabilidad Financiera publicado por el Banco de España se señala una caída de los visados de obra nueva del 8% entre enero y agosto de 2022 respecto al mismo periodo de 2019.
Y es que las últimas alzas de tipos del Banco Central Europeo han llevado al euríbor a su mayor nivel en más de una década (una subida del 3,3%), endureciendo las condiciones de acceso a las hipotecas y, consecuentemente, frenando la racha triunfal del sector inmobiliario que venía registrando cifras de ventas cercanas a los años previos al estallido de la burbuja del ladrillo. Pero en el final del año pasado la tendencia comenzó a revertirse. En noviembre, las operaciones de compraventa de vivienda cayeron más de un 8% (58.942 firmas), según el Consejo General del Notariado.
El frenazo inmobiliario también lo hacen constar las empresas fabricantes de hormigón. La patronal del sector, Anefhop, estima que el año 2022 habrá cerrado con entre un 5 y un 7% menos de actividad. También espera cierta ralentización en la aparición de proyectos nuevos, pero un incremento de actividad de los ya iniciados y de aquellos bajo los requisitos de los fondos europeos», señala su director general, Carlos Peraita.
Grandes insolvencias
Pero las insolvencias de mayor nivel se han visto este año en las empresas del sector energético, que han vivido una escalada de precios sin precedentes tras el comienzo del conflicto entre Rusia y Ucrania. Las tres sociedades quebradas con mayor nivel de facturación se dedicaban al suministro de carburantes. Se trata de GM Fuel Service S. L. (839 millones de euros), Marillion S. L. (336 millones de euros) y Gaslow Abastecimientos S. L. (289 millones de euros). La lista la completan dos filiales de Abengoa: Abengoa Energía S. A. (242 millones de euros) y Abengoa Agua S. A. (229 millones de euros). La compañía sevillana entró en concurso de acreedores tras declinarse su rescate por parte del Gobierno y se encuentra ahora en fase de venta en los juzgados.
En total, las empresas que declararon concurso en 2022 daban trabajo a 44.155 personas y facturaban cerca de 8.200 millones de euros, por encima de los más de 5.600 millones de las que iniciaron este proceso los mismos meses en 2021.
Pero algunos expertos y economistas no consideran tan importante el número de empresas que han entrado en fase de concurso, como sí las que han desaparecido. 30.507 firmas se disolvieron en 2022, según la filial de Cesce. Casi el mismo número de extinciones que en 2013 (31.225) y por encima de años nefastos para la economía como 2012 (28.687).
El presidente del Ilustre Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid, Fernando Santiago, cree que aunque la cifra de quiebras es elevada «no representa el valor númerico real de las firmas que han desaparecido». Y estima que la sangría será peor este año. «700.000 pequeños negocios tienen serios problemas de liquidez y no se están tomando medidas correctoras. De continuar así, serán muchas más las empresas que echen la persiana que las que pidan concurso».
El año pasado la cifra de desapariciones de empresas podría haber batido todos los récord, pero la reforma de la ley concursal, que promueve las reestructuraciones, ha contenido las peticiones de concurso exprés. Es decir, las solicitudes de quiebra y extinción al mismo tiempo. Porque mientras en los primeros ocho meses del año estas representaban el 66,5% de las insolvencias, en diciembre pasaron a ser tan solo el 17%.
Sintomas de recesión
Los malos augurios para la economía en 2023 también llegan desde el lado de la constitución de empresas. El año pasado se crearon 99.502, un 2,5% menos, según Informa D&B. A pesar de la caída, el capital invertido para crear estas compañías subió un 2% en 2022 hasta los 5.172 millones de euros. Lo que no resta que esta sea la tercera cifra más baja de la década.
Con todo, las expectativas con la creación de empresas de cara a este año tampoco son las mejores. La dificultad que existirá para acceder a financiación amenaza esta estadística. También el previsible bajón consumista, que acecha a sectores como los del comercio y la hostelería que el año pasado concentraron casi un tercio de las nuevas firmas con operativa en nuestro país.
Construcción y actividades inmobiliarias lideró la creación de empresas en 2022 (23.027), pero en 2023 también sufrirá la corrección que vive el sector.