Sin Nadal ni Djokovic, un anticipo de los clásicos del futuro en las semifinales de Roma

Todavía está con hambre Novak Djokovic, pero después del adiós de Roger Federer el pasado septiembre y de la revelación de Rafael Nadal de este jueves, aplazado su regreso sin fecha y elegido 2024 como año de su despedida -por primera vez un Roland Garros sin el suizo ni el español desde 1998-, se abre el tenis a una nueva dimensión. En la que los nombres citados arriba esperan establecer su nuevo paradigma. El tiempo dirá si se produce un triunvirato a lo Nadal-Federer-Djokovic, con Sinner, Medvedev y Alcaraz, por ejemplo. Pero ya se observa que el coto se ha abierto.

En este pasado Mutua Madrid Open, hasta cuartos de final llegaron dos jugadores que habían disputado la previa: Aslan Karatsev y Daniel Altmaier. Zhizhen Zhang, 99 del mundo entonces, logró un hito para China: primeros cuartos en un Masters 1.000. Y un lucky loser (perdió en las rondas de clasificación y fue repescado para el cuadro principal por la baja de un jugador), Jan-Lennard Struff, hizo sudar de lo lindo a Alcaraz en la final.

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El español no pudo superar la segunda ronda del torneo de Roma al ser apeado por Fabian Marozsan (135 del mundo). Fue un resbalón del murciano, cargado de partidos tras los siete en Madrid y con ganas de descansar para la cita de Roland Garros, pero también otro síntoma de este circuito masculino en el que las diferencias de ranking se han diluido. Como lo han hecho las diferencias en las superficies, homogeneizados los estilos sea arcilla o rápida.

Comparece hoy Stefanos Tsitsipas, 24 años y 5 del mundo, para romper esa tendencia, elegido por sus rivales y por sí mismo como el especialista en tierra batida. Después de sufrir en Madrid la derrota ante Struff, en Roma, donde fue finalista el año pasado, parece que ha encontrado esa conciliación con la arena y con su revés a una mano. Por esa confianza y su buen bagaje en esta superficie (dos veces campeón en Montecarlo, finalista en Roland Garros 2021) le dan optimismo ante el choque contra Daniil Medvedev, 27 años y 3 del mundo, con quien ha perdido siete de los once partidos que han disputado. El ruso, que admitió a este periódico su sufrimiento para moverse, deslizar y recupera la posición en la arcilla, ha encontrado ciertas herramientas: nunca había ganado un partido en Roma -tres derrotas en el debut- y lleva cuatro, y solo un set perdido en el camino.

Holger Rune (20 años y 7 del mundo) va a por todas, campeón en Múnich, finalista en Montecarlo y verdugo de Djokovic en cuartos. A las 13.00 horas lo espera Casper Ruud (24 años y 4 de la ATP). Con un 4-0 a favor y finalista en París y US Open en 2022, reverdece en Roma tras un gris inicio buscando, como todos, su sitio en este nuevo tenis que por fin tienen en sus manos.