Alcaraz-Djokovic, la final en cuartos que todos querían

Así, el Abierto de Australia tiene este martes (no antes de las 10.30, hora española) el duelo de cuartos que anhelaba. Un Alcaraz-Djokovic que será el octavo choque entre ellos (4-3 para el serbio), la primera en una ronda que no es ni semifinal ni final. Un duelo de palomitas y fuegos artificiales porque hay muchas cuentas pendientes, que Djokovic le ganó el oro olímpico en París 2024, una herida todavía escuece, escuece, y el título de Cincinnati 2023, pero Alcaraz se llevó dos Wimbledon consecutivos (2023 y 2024). «Espero una gran batalla, como es el caso en la mayoría de los partidos en los que nos enfrentamos. Es un jugador muy dinámico y explosivo. Increíblemente talentoso. Un jugador carismático. Es genial verlo; no es tan bueno jugar contra él. Me recuerda a mis enfrentamientos contra Nadal en términos de intensidad y energía», concede el serbio, rendido ante el poderío del chaval. «Intento no pensar en todo lo que ha conseguido, si pienso en todo lo que ha hecho, no saldría a jugar. Son 24 grandes, más semanas como número uno. Pienso en que puedo ganarle, saber mis armas. Vamos a jugar y creer», muestra respeto Alcaraz.

Van encontrando el nivel que necesitan para estas rondas importantes. El español tuvo más físico, más fondo, más golpes y más agresividad, subidas a la red y ese saque que sigue limando, pero que funciona cada vez más fluido (seis 'aces', cinco dobles faltas, 83 % de puntos ganados con el primer golpe), pero, con 5-2, se revolvió el británico, impulsado por esa veintena de errores del murciano y el bache de rigor cuando todo parece demasiado fácil y entran las prisas. El toque de atención oportuno que resolvió con magia y la calma de siempre. Ante el 95 % de jugadores, todo pasa por Alcaraz. Pero no ante Djokovic.

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El serbio se vuelve a pasear con la ligereza de sus mejores tiempos. Con 37 años se mueve de maravilla en esta pista que conoce como Nadal conocía la Chatrier. Son diez títulos aquí, en busca del undécimo para celebrar que no está el balear, ni Federer, pero él sigue en pie y con los dos pies bien firmes en este tenis en el que sigue siendo el rey. Quiere recuperar Melbourne, ese Grand Slam número 25, ese título 100. Pero antes, Alcaraz en estos cuartos. El martes, el partido de cuartos que ambos esperaban.