Alcaraz se eleva ante Daniel, el viento y un bajón

Funcionó otra vez de maravilla la derecha, a pesar del molesto viento que azotaba la parte baja de la pista. Para domarlo, latigazos de lado a lado para aturullar al rival e ir sumando juegos. El japonés, 30 años y 112 del mundo, español en gustos –habla el idioma y se pirra por la paella después de haberse entrenado en Valencia desde los 14 hasta los 21 años– sufrió muchísimo la velocidad de la derecha, siempre atrás en la pista, demasiado atrás. Su bola apenas mordía y el calor aumentó la pesadez de sus respuestas. Pero mostró carácter y concentración, incluso una oportunidad de recuperar el break en el cuarto juego. Pero Alcaraz tiene tal maletín de recursos, tal fuerza en el brazo y tal capacidad de encontrar soluciones, que disipó el problema con tres saques consecutivos inapelables.

Si en el estreno ante Cobolli Alcaraz confesó que se sintió invencible al inicio, también como un obús se mostró ante Daniel en un primer set de 6-1 en 33 minutos.

Por eso sorprendió el atasco posterior. No tanto por la firmeza en la defensa del japonés, reacción estupenda y agarrado al fondo ya sin tanto miedo en el golpeo. Sino por la cara de circunstancias que mostró el español, mirada perdida en los intercambios y tenis más irregular, enrarecidos sus golpes por el factor viento y algo de dudas con una derecha que bajó la efectividad, y que Daniel comenzó a leer con tanta facilidad que se lo creyó.

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L. M.

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Incomodidad y neblina mental que derivó en 23 errores del español y un valiente Daniel que cerró el puño y el set en 40 minutos.

Sin embargo, este Alcaraz lleva 24 semanas instalado en el trono de la ATP también porque sabe, y ya mucho, sufrir, asumir que no salen las cosas y superar el momento de frustración con paciencia y confianza.

Confianza en que hay tiempo y tenis y recursos y cabeza para levantar la situación adversa, aunque el rival más importante fueran sus propias inseguridades con el viento en contra. De la nada, el Alcaraz número 1, que recupera la derecha y el saque y vuelve a ser el Alcaraz impenetrable, ilegible en sus elecciones de golpes y contundente en sus dejadas y subidas a la red. Otro 6-1 para levantar el ánimo y el marcador.

Aunque continuaron ciertas incomodidades en el cuarto set (Daniel recuperó un break en contra en el segundo juego), Alcaraz comenzó a sonreír tímidamente. Más suelto conforme la sombra ya oscurecía una parte de la Chatrier, más cerca del objetivo de la tercera ronda, pero con la precaución de saber que Daniel merecía todavía todo su empeño. Incluso el viento se merecía unos minutos más de concentración, tan incómodo como había resultado en ese segundo parcial aturullado.

Con la derecha más apaciguada, más centrada y paciente, y unos 'vamos' que alimentaban su ánimo y despejaban las dudas, Alcaraz logró por fin empalmar tres buenas derechas para elevarse en el marcador, dos breaks para certificar su pase a la tercera ronda y comprobar que esto es un Grand Slam y están los mejores, aunque estén el 112 del mundo. Que esto es la Philippe Chatrier y habrá tiempo para brillanteces, pero también para comprender que habrá que sacar el traje de faena para evitar sustos innecesarios y seguir en juego. El viernes, tercera ronda contra Denis Shapovalov.

«Estoy contento con el partido. Las pelotas están pesadas, pero me he adaptado bien», comentó el murciano después. «Dicen que tengo golpes de Federer, de Nadal, de Djokovic, pero quiero pensar que soy cien por cien Alcaraz, no la copia de otros jugadores», continuó antes de señalar la siesta es algo que necesita: «Me ayuda a entrar luego con energía en el partido. Mi fisio está muy encima de que descanse bien».