El agobio que dobló a Alcaraz: expertos analizan el percance que lo sacó de Roland Garros

No es la primera vez que el cuerpo lo boicotea por los nervios y los calambres. El propio Alcaraz recordó que en el partido de tercera ronda del US Open 2021 contra Stefanos Tsitsipas también sintió el agarrotamiento. En Wimbledon 2022 el murciano aceptó que le había superado la impresión de jugar en la Catedral y se vio demasiado tenso en su derrota contra Jannik Sinner. Incluso en la semifinal del Masters 1.000 de Miami, contra el italiano, se lo vio saltando de vez en cuando para no quedarse bloqueado del todo. Sin embargo, no será el primero ni es el único.

Entrenadores y extenistas aseguran que estos calambres son completamente normales: «Al final creemos que los jugadores son supermán y que no les pasa este tipo de cosas. Lo dijo él, fue la tensión. Es una presión autoimpuesta, Alcaraz tenía muchas expectativas porque es un jugador que se las pone, no las intenta eludir, sino que asume esa presión», comenta a ABC el extenista Pato Clavet. «Las expectativas están desde la primera ronda. No es posible mentalizarte en primera ronda al 80 y si llego a la final al cien, es ciento uno a cada partido o si no no pasas ni de la puerta del club», explica Diego Dinomo, entrenador de la finalista de Roland Garros, Karolina Muchova.

Dinomo explica así cómo se puede preparar a un tenista ante un choque de esta magnitud. «Sabes que es un partido importante, pero para llegar a una final o una semifinal de Grand Slam tienes que ganar una primera ronda. Y le intentas dar el mismo enfoque que a cualquier otro choque». Sobre todo, dice, es quitar el ruido exterior. «Sabes la situación, que tienes una atención que no has tenido nunca, pero no hay que recordarlo antes de entrar a pista. Haces lo que te funciona todos los días: descanso, alimentación. Si se te ocurre mirar mucho el teléfono, sacar la cabeza por la ventana... será más difícil entrar al partido con seguridad y sin nervios». Así lo confirmó Juanjo López, médico de Alcaraz, en Cope: «Tuvo esa tensión psicológica. Carlos es inmune a todo lo que le rodea, pero no es un robot. Afloraron esas presiones en el peor momento».

No obstante, Clavet señala que, como el saque, la volea o el revés, es una situación que se puede entrenar: «Se puede trabajar. Y pasa por la experiencia: afrontarlo, asumirlo, saber que va a pasar porque es Alcaraz y va a vivir muchos de estos partidos en el futuro». Boris Becker lo resume así: «El físico comienza en la cabeza. La intensidad de Novak desde la primera bola sorprendió a Carlos. Corrió demasiado. Yo digo: guarda tu energía, déjalo ir cuando el marcador es 40-0 o 40-15. Y Novak vio eso». Cuidado con el cuerpoEl alemán no está seguro de su fórmula de no entrenarse entre los días de partido fuera una buena idea: «Me preocupó. Puedes hacerlo de vez en cuando, pero cuando esa es la rutina, creo que hay un poco de falta de forma física. Porque pierdes el control del pie, la pantorrilla. Ya no puedes pisar correctamente; tenía calambres en la mano, ya no podía sostener la raqueta correctamente».

De ahí que Clavet apele al cuidado que debe tener si estos calambres le minan el físico: «Tiene una musculatura hiperdesarrollada y estos problemas te afectan más. Si es propenso a que le ocurran estas cosas, sí tiene que afinarlo todo. Una cosa es una sobrecarga puntual, pero si es algo generalizado, manejarlo durante el partido es difícil y más en unas semifinales y contra Djokovic, que jugó muy inteligente».Tiene también culpa el serbio, sus 22 Grand Slams y cómo lee los partidos y los rivales. Si hubiera sido otro jugador, dicen los expertos, el calambre habría sido más efímero.

«Estamos malacostumbrados por lo que ha hecho Nadal, y por lo que ya ha hecho él, pero la ecuación no es así de sencilla. No digo que esto le venga bien, pero sí que sacará una enseñanza, de que estas situaciones están ahí», concluye Clavet. «Tiene una virtud, que ni las victorias son tan maravillosas ni las derrotas tan tristes. Borrón y cuenta nueva», confirma López.

Por el momento, está en España. Habrá conversaciones, descansos y mirada hacia delante. Hacia Queen's (19-25 de junio) con vistas a Wimbledon (3-17 de julio), pero lo irá viendo día a día. Lección a lección para ser el mejor.