Nadal, el muro del nuevo Almagro

El Almagro de hoy es un profesional —importante aplicar el término en todas sus acepciones— que se curte en la academia de Juan Carlos Ferrero, un ex número uno que aconseja y desvela secretos al murciano desde que éste decidió dejar a Josep Perlas . Almagro trabajaba antes en Barcelona, pero se trasladó a Villena porque desde ahí conduce hasta su casa siempre que le entra morriña. «Necesito a mi familia cerca», se justifica, enamorado de sus sobrinos y de sus ahijados. « Era lo que necesitaba, fue una decisión muy meditada . Con el tiempo te das cuenta de las cosas y me estoy haciendo viejo —26 años—. Ahora disfruto de las cosas», explica el proptagonista.

Almagro, trece del mundo, campeón este año en Sao Paulo y en Niza, trata de cumplir con las rutinas en la víspera del gran día. Se entrena en la pista 10 junto a Samuel López, su entrenador, mientras Nadal aprieta a un júnior con su derecha, intratable y durísima. «Rafa es el hombre», admite el murciano , que se ejercita durante 35 minutos sin demasiada exigencia, una sesión para mantener sensaciones. El miércoles las necesita.

Invoca a la fortuna su preparador porque sabe la dificultad que entraña enfrentarse al balear. Almagro pierde en el cara a cara sin estrenar el casillero de victorias —siete a cero— y le vienen a la memoria los Roland Garros de 2008 y 2010 , en donde también se enfrentó a Nadal en cuartos con el mismo desenlace en ambos casos. «Nico está en un gran momento de forma, físicamente se encuentra bien. Lleva una serie de partidos a gran nivel y nosotros haremos nuestro trabajo. Seguro que nos hará falta un poco de suerte, pero alguna opción esperamos tener», explica Samuel López.

Es una versión fresca y mejorada de ese tenista volcánico que arrasaba con todo cuando algo no salía bien. Ahora, desde el diván, piensa antes de cada grito y cuenta hasta cien si hace falta . «Soy impulsivo, pero también he cambiado en ese sentido, me controlo más. De todos modos, si tengo que tirar una raqueta porque creo que me ayudará para desahogarme, lo seguiré haciendo», advierte. «Es un tema de madurez», añade López . «Nico se encuentra a gusto donde está y se deja llevar. Con la experiencia que tenemos de Juan Carlos Ferrero, tenemos muy claro cuál es el camino a seguir. Está llevando una buena evolución, pero se verá más cuando llegue a pistas rápidas porque en tierra y sabemos que es muy bueno».

Mucho tiene que ver Ferrero, que le acompaña siempre que puede en la grada. "Los entrenamientos en la academia son de mucha calidad. Juan Carlos le exige. En muchos momentos en los que Nico pide parar o se cansa, Juan Carlos le da ese plus que en muchos momentos hace falta. Juan Carlos es muy profesional y se lo está transmitiendo a Nico ", desvela López.

Este Almagro es más ligero, perfeccionada su figura porque la báscula se ha puesto de su parte. "Ha cambiado grasa por músculo, pero ha perdido cinco o seis kilos. Come mucho, pero bien . Una dieta no es dejar de comer, es comer bien", cuenta Eduardo Cervelló, su preparador físico, que se entrega en cuerpo y alma para que el murciano esté a tope. "El tenis manda sobre lo físico y tratamos de hacer un abordaje integral del jugador. Incluye tratamiento de fuerza, resistencia, dieta, recuperación ... Yo tengo la suerte de dirigir un centro de investigación en Elche y está al servicio de Nicolás y de Juan Carlos. Los últimos servicios están siempre a su disposición".

De momento, los resultados le dan la razón y se desquita en este Roland Garros de lo que ocurrió en el anterior, eliminado en la primera ronda cuando tenía dos sets de ventaja. Lleva cuatro partidos y en todos ha arrasado, incluido el pulso ante Janko Tipsarevic, número ocho del mundo. "Lo hizo muy bien y ahora queda el jefe de la manada" . El jefe es Rafa Nadal, el muro de Nicolás Almagro.