COPA DE MAESTROS
Copa de Maestros: Nadal, el mejor número uno
El español supera a Wawrinka por 7-6 (5) y 7-6 (6) y obtiene el premio a su genial temporada al asegurar el liderato hasta 2014. Además, estará en las semifinales de Londres
ENRIQUE YUNTA
Rafael Nadal ya es, pase lo que pase, número uno a final de año , premio mayúsculo para la mejor temporada de su carrera. Desde el ático de la ATP, y confirmado como el líder de un curso memorable, Nadal confirmó en Londres su ... posición de privilegio después de derrotar a Stanislas Wawrinka por 7-6 (5) y 7-6 (6) . Necesitaba dos triunfos y ha cumplido por la vía rápida , clasificado además para las semifinales de la Copa de Maestros porque no ha cedido ni un solo set . Nadal, por si alguien tenía dudas, es un héroe. [Así lo hemos contado]
En el O2 de Londres, escenario que le da la espalda y que le niega uno de los pocos trofeos que le faltan en su excepcional palmarés, Nadal alcanza el paraíso. De febrero a noviembre, una travesía repleta de éxitos, impensable este final de curso para alguien que llevaba más de siete meses sin competir por aquella rotura parcial del tendón rotuliano de la rodilla izquierda, acentuada con una hoffitis. Su regreso ha sido apoteósico.
Suma diez títulos en lo que va de temporada, entre ellos dos Grand Slams y cinco Masters 1.000. Son ya 73 victorias por sólo seis derrotas , definitivamente el curso más meritorio y más por venir de donde viene. Son dos triunfos en Londres que le garantizan luchar en las semifinales, que se celebrarán el domingo. Nadal oposita a maestro y está en la mejor posición.
Ya lleva 12 victorias contra Wawrinka, a quien ha ganado todos los sets (26)Contra Wawrinka, consciente de lo que había en juego, completó un encuentro serio y expeditivo, que era justo lo que necesitaba. Le tranquilizaba el cara a cara, que hasta este miércoles era de 11-0 y ahora ya pasa a la docena, y encima sigue sin perder ni un solo set contra el suizo (26-0) . Es un rival perfecto, con un revés a una mano inimitable, pero se atraganta siempre que se le cruza el balear. No hay nada que hacer.
Y menos con este Nadal, tan efectivo como inteligente, capaz de interpretar todas y cada una de las situaciones que se le presenta en un duelo. Wawrinka, que empezó bien, sólido en sus dos primeros saques, se quedó pasmado con el enérgico despertar de Nadal, que firmó golpes aislados de auténtico genio antes de atascarse. El español corre mucho, se mueve con más chispa que en París y encima tiene un talento desorbitado. Además, la cabeza va al margen y fue capaz de sobreponerse a una discreta sobremesa con su servicio con flojos porcentajes de primeros.
Nadal rompió en el quinto juego gracias a una inoportuna doble falta de Wawrinka, pero perdió la renta cuando sacaba para apuntarse el primer set . Le apretó el suizo, a quien ya no le pesaba la responsabilidad del novato, ganador en su primer duelo de la Copa de Maestros contra Tomas Berdych y todavía con opciones de acceder a las semifinales.
El orgullo de Wawrinka
Y le apretó bien a base de palos, muy agresivo desde el fondo de la pista , desatado para llevar el pulso al tie break. Ahí, como en Shanghái unos días atrás u otras tantas veces, volvió a perderse y acabó penalizado por ese juego al cara o cruz. Firmó 15 ganadores en ese primer set, que duró una hora y un minuto, pero acumuló 20 errores no forzados. Lo pagó con la raqueta, que quedó destrozada al perder ese juego decisivo.
Cuando Nadal miró a su palco después de ese triunfo parcial, entendió que ya no le quedaba nada, que el tesoro estaba a la vuelta de la esquina. Le separaba medio paso para conservar su maillot amarillo y no fue nada sencillo , imposible pensar en algo fácil en un torneo de tal magnitud. Wawrinka, pese al mazazo, no se rindió, ni siquiera cuando se vio con break en contra, y recuperó la desventaja en un encomiable acto de fe.
Hubo tensión hasta el último peloteo, emocionadas las 18.000 gargantas que llenaron el O2. Nadal pasó del 4-1 al 4-4 y se le torció el rostro, que siempre dice tanto en él, un tenista con mil gestos para interpretar. El desenlace estaba destinado a un un tie break dramático y el zurdo llegó a salvar una pelota de set , resistente como una roca en un viaje de idas y venidas.
Emocionado, saltó al cielo de Londres después del segundo tie break y descubrió el paraíso, en el que ya estuvo en 2008 y en 2010 y en el que terminará 2013 haga lo que haga Novak Djokovic . Nadal es el mejor número uno que hay , un campeón que no conoce el límite.
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