Jacobo Ramón, el «cacho de pan» y madridista de cuna que mantiene la Liga sin dueño

Nacido como regalo de Reyes en la capital española en 2005, tardó solo ocho años en vestirse por primera vez la camiseta del conjunto blanco al ingresar en la Fábrica en la categoría de alevines. Al contrario que la mayoría de futbolistas, que acostumbran a militar en diferentes canteras, Jacobo se ha criado, futbolista y vitalmente, en el Real Madrid.

A pesar de su posición defensiva, fue nombrado mejor jugador de la tercera edición de LaLiga Promises, el torneo que reúne a los mejores equipos sub-12 del país. Su progresivo ascenso le llevó al primer juvenil blanco en 2022, a los mandos de un campeón del mundo como Arbeloa. Un equipo en el que compartió vestuario con futbolistas como Nico Paz o Gonzalo García que hizo historia al conquistar el triplete, con la consecución de Liga, Copa y la Youth League.

Central de gran envergadura gracias a sus 190 centímetros de altura, contundente en el juego aéreo y de gran calidad con el balón en los pies, debutó en el Castilla unos meses más tarde. Un filial blanco en el que se hizo sitio a las órdenes de Raúl esta temporada, lo que llevó a estar en el radar de Ancelotti para dar el salto al primer equipo.

Una oportunidad retrasada por su mala suerte con las lesiones que le llegó el pasado enero, en el que debutó en el Santiago Bernabéu en un encuentro de Champions ante el Salzburgo. Tras sus primeros minutos, se estrenó como titular en el encuentro de cuartos de Copa ante el Leganés, formando pareja junto a Asencio en el centro de la zaga. No fue el mejor partido de Jacobo Ramón, que provocó un penalti y se vio superado por la presión que supone la primera presencia en el once, pero el agónico tanto de Gonzalo García clasificó al Madrid a semifinales.

La plaga de bajas en defensa le volvió a ubicar en los planes de Ancelotti, que le brindó 20 minutos en la victoria liguera ante el Celta y su primera titularidad liguera ante el Mallorca. Un encuentro en el que el Madrid le entregaba el título al Barcelona hasta que, en la última jugada, Jacobo Ramón aprovechó una asistencia de Vallejo para aparecer desde segunda línea y darle la victoria a los suyos con su primer gol con la camiseta blanca.

Un tanto difícil de explicar, también para él. «No se ni cómo, pero lo he metido», sostuvo el central madrileño, con una sonrisa imborrable a la conclusión del partido ante el conjunto bermellón. «Esto es inexplicable, he soñado esto toda mi vida. Esta camiseta es hasta el final y no hay mejor manera de meter mi primer gol que así. Ha sido impresionante y además en el minuto que ha sido», sentenció.

Una alegría compartida por el resto de sus compañeros, que le mostraron su cariño al joven canterano. «Es un cacho de pan, muy buena gente. Ha tenido un poco de mala suerte con los partidos que ha jugado», defendió Courtois, quien también hizo un alegato en favor del talento emergente del Madrid. «Que meta ese gol al final es muy bonito para la cantera, que hay muchos en la puerta. Cuando hay que estar, están. Como Asencio, como Gonzalo en Leganés, como Víctor también en Barcelona... los madridistas debemos estar orgullosos de nuestra cantera y seguir creyendo en ellos», sentenció el belga.

Un sentimiento de orgullo al que se sumaron después Rüdiger, Rodrygo, Lunin y Endrick, que felicitaron a Jacobo Ramón a través de sus redes sociales. Un madridista de cuna que llama a la puerta del primer equipo y, al menos por unas horas, mantiene la Liga sin dueño.