Caso Laporta-Xavi-Flick: ridículo y redención

El alemán dará consistencia al equipo. Resistencia física, obligará a trabajar a los jugadores. Los pesos pesados del vestuario serán Ter Stegen, Gündogan y Lewandowski, y los jóvenes tendrán que ser disciplinados en su ocio para evitar degeneraciones como la que ha sufrido Pedri en los últimos meses y que ha sido causa de sus desmanes, pero culpa de la poca inteligencia del club a la hora de gestionar al que al final es un niño con mucho dinero y mucha fama y un cerebro aún por formar, por decirlo del modo más amable.

El entrenador alemán no es imaginativo ni excesivamente talentoso pero es disciplinado, responsable, se ha quedado sin equipo y está necesitado de un proyecto exitoso que relance su carrera. Hace tiempo que todo lo que intenta le sale regular y por lo tanto no se puede dudar, ni por su procedencia, ni por su carácter ni por su urgencia personal, de lo en serio que se va a tomar la oportunidad que le brinda su manager.

Otro factor de entrada positivo para Flick, cuyo fichaje se anunciará, muy probablemente el lunes, es que no forma parte de ninguna camarilla periodística. No conoce a ninguno de los felpudos habituales de la prensa catalana, ni tiene deber ninguno de satisfacer o dar contentillo a nadie. El vicio no tardará en generarse, pero por lo menos durante un tiempo podrá trabajar tranquilo. Su mentalidad alemana, si sabe usarla en su provecho, le alejará de la destructiva retórica de lo que Cruyff llamó el entorno.

.No tendrá un equipo equilibrado, ni muy competitivo, ni con las plazas importantes cubiertas, y tendrá además la presión de un residente y su camarilla de comisionistas acostumbrados a hacer fichajes como el de Vítor Roque, sin ninguna intención futbolística, y gastando un dinero que el club no tiene y que podría utilizar para la contratación de jugadores más necesarios.

Con Laporta puede pasar cualquier cosa, incluso que al final se dé cuenta que no tiene dinero para echar a Xavi y fichar a la vez a Flick, aunque no parece probable. Lo que es seguro es que en el mismo instante en que firme al alemán y empiece la cuenta atrás por ver cómo le culpa de sus maniobras y fracasos.