Embarazo en Riad

Es hipócrita suspender un partido cuando la grada profiere insultos racistas y no hacerlo cuando se abuchea a un jugador por defender los fundamentos de la Civilización. Es hipócrita que el Barcelona presuma de ser más que un club y de sus supuestos valores y que luego, en lugar de tener la dignidad de defenderlos, sobre todo cuando le cuesta algo, opte por sucumbir al negocio y pida a sus aficionados que también claudiquen ante lo que es vejatorio y criminal. El Madrid por lo menos no da lecciones.

Antes de tener que volver precipitadamente a tierras árabes para auxiliar a su hijo pequeño, que sufrió un grave accidente de moto -de ahí que el presidente no acudiera al funeral de la madre del director de Mundo Deportivo, Santi Nolla, celebrado la semana pasada en Barcelona, y que fuera el último de la expedición azulgrana en llegar a Riad-, Laporta pasó el Fin de Año en el Nammos de Dubai, con un dispendio y unas compañías que contradicen los valores que tan a menudo el barcelonismo se arroga para mirar a los demás por encima del hombro. La exageración fue tal que en los días siguientes el 'maitre', impresionado y lenguaraz, felicitó a los turistas españoles que visitaron el local por el despliegue de uno de sus compatriotas.

El negocio es importante y hay que fomentarlo. Pero chirría escuchar a Guardiola dando lecciones de solidaridad internacional y del 'dret a decidi' trabajando para el tipo de dueño que trabaja. Resulta ofensivo que con la cantaleta buenista que tenemos cada día que soportar alrededor del mundo del fútbol, con todas las ramificaciones del 'fair-play' y del 'respect', asistamos luego a la hiriente desfachatez con que por dinero se renuncia a los principios y a la más elemental humanidad.

Nunca he pensado que el deporte tenga que servir para la promoción de ninguna idea, ni que los deportistas tengan que ser un ejemplo para los niños. Pero la industria hace su buen negocio con la propaganda contraria y es por lo tanto pertinente que se la vayamos a reclamar. O disfrutamos sin más del espectáculo y de sus ganancias o cumplimos con lo que tanto nos parece gustar exigir a los demás.

Movistar Plus mostró al principio del partido a Laporta desparramado en el palco. Cuando se dio cuenta de que las cámaras lo estaban enfocando rectificó su postura para hacerse el formal. Si se hubiera quedado como estaba, nadie habría dicho nada. Que tratara de disimular fue lo que disparó los rumores de embarazo.