Final de la Copa del Rey
Patxi Puñal: «Nuestra afición no entendería un Osasuna sin un núcleo fuerte de jugadores de casa»
El legendario capitán rojillo atiende a ABC en la antesala de la final de Copa entre Real Madrid y Osasuna: «Con los futbolistas que tenemos la podemos afrontar con garantías de que vamos a competir»
Jagoba Arrasate: «Igual los futbolistas a los que no les gusta el fútbol son los mejores»
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Iniciar sesiónAjeno a los burocráticos procesos para hablar con la gente que compone el frío fútbol profesional actual, un hombre charla con este periódico como si dando un paseo por su Huarte natal, donde aún vive, estuviera. Él es Patxi Puñal (47 años), legendario capitán ... de Osasuna, hoy director técnico de su cantera, que vivió en primera plana la primera final de Copa de los navarros. Largo y tendido, habla de ilusiones y decepciones, recuerda aquella final perdida en el Calderón ante el Betis en 2005, reflexiona sobre la proliferación del Tajonar (donde se emplaza la ciudad deportiva) y se ilusiona con un Osasuna campeón en La Cartuja.
— Dicen que los días previos a un momento importante son casi más bonitos que el acontecimiento en sí. ¿Cómo fue aquel camino a la final de 2005?
— Cuando uno es futbolista no es realmente consciente de todo. Sientes el bullicio de la gente cada vez que sales a la calle, pero procuras abstraerte, porque esto (Navarra) es tan pequeño que todo el mundo tiene algo que decirte. Pero ahora sí estoy viviendo lo que en aquella final de 2005 vivió el aficionado; ahora estoy en el otro escenario, como cerrando el círculo: lo viví en el campo y ahora lo vivo desde fuera. Lo disfruto.
— Pamplona experimenta un ambiente prácticamente novedoso: un título a una victoria de distancia.
— Fui el martes a las taquillas a recoger unas entradas y hablando allí con unos señores les dije: «Joder, juegan los chicos hoy, ahora a la mañana cogían el avión» y me dicen: «Ahí va, ¿juega hoy Osasuna?» Y jugábamos contra el Barcelona, no contra el Numancia, con todo el respeto. La ciudad está revolucionada con la final.
— ¿Qué similitudes ve entre este Osasuna y aquel de 2005?
— Veo más diferencias que similitudes. Es cierto que en 2005 llegamos a la final porque lo merecíamos, pero nos faltaba esa mentalidad ganadora. Decíamos: «Joder, no la ganaremos, pero si la ganamos va a ser la leche». Esa no puede ser la mentalidad, la mentalidad es: «La vamos a ganar y nos la vamos a traer a casa».
— ¿Y a nivel futbolístico?
— Además de que los jugadores están físicamente mejor preparados, el futbolista ahora es mucho más completo que el de antes. Por ejemplo, el Chimy lo mismo puede jugar de delantero que en la banda; Moncayola puede actuar de mediocentro o en el lateral derecho... A los jugadores de nuestra época los sacaban de su puesto y ya era difícil que pudiesen rendir. También creo que el equipo ahora está más preparado que entonces para competir en una final. En la primera plantilla tenemos cinco internacionales, varios de ellos han jugado el Mundial, otros son sub-21... ya hay una parte importante del equipo que ha estado en escenarios de más envergadura que lo que es la Liga. A nosotros nos superó la situación en 2005; pero ahora, con los futbolistas que tenemos la podemos afrontar con garantías de que vamos a competir.
— Sin embargo, al año siguiente de la final, Osasuna queda cuarto.
— Ese año conseguíamos ganar fácil; éramos un equipo solvente. Nos mirábamos los unos a los otros pensando: «Joder, está bajando el nivel en Primera o qué pasa». Lo cierto es que para un montón de gente de casa que nos habíamos criado juntos rendir a ese nivel en Liga y escuchar la música de la Champions en la previa del año siguiente fue increíble. Nos la gozamos.
— Enfrente está el Real Madrid, un clásico en las batallas de El Sadar.
— En casa siempre le damos mucha guerra al Real Madrid. Estábamos convencidos de que estando encima apretando, presionando, desesperándolos a base de ser pesados, aprovechando el balón parado y las pocas ocasiones que tuviéramos, pues había días que que conseguíamos ganarles. También ha habido otros partidos que empezábamos con la misma ilusión y al descanso Van Nistelrooy nos había metido tres goles. Pero nuestro equipo de ahora es maduro y lo ha demostrado este año ante dificultades fuera de casa. Además de responder a las demandas que le propone el equipo rival, es capaz de proponer diferentes formas de jugar. Seguro que Jagoba va a encontrar una vía con la que no solo nos vamos a dedicar a defender, sino que también podamos dar algún susto al Madrid. Porque a base de defender y defender será complicado aguantar todo un partido.
— Además, este Osasuna está lleno de chicos de la casa.
— Nuestra afición no entendería un primer equipo sin un núcleo fuerte de jugadores de casa. No sé, como puede ser un Villarreal u otros equipos que tienen muy poca gente de allí, de su comunidad. Nuestra filosofía, nuestra idiosincrasia se construye con un núcleo fuerte de jugadores de casa. Y en torno a lo que tenemos, intentamos rematar el equipo con los complementos que a los jugadores de aquí les falta. Esto nos obliga a trabajar con dedicación la cantera.
— Se crió en el Tajonar, ahora trabaja allí. ¿Qué siente?
— Estoy encantado. Seguir a los chicos, seguir ese talento, ver dónde tiene que estar cada uno, procurar ser justo con ellos y enseñarles de la mejor manera posible me llena bastante. Además, estoy acompañado de un equipo de trabajo espectacular. Muchos vienen de la docencia, tienen altas capacidades y muchas ganas de trabajar para buscar lo mejor para los chicos.
— Está claro que el club apuesta por ellos tengan 18, 20 o 24 años, como es el caso de Ibáñez, el autor del gol en San Mamés para clasificar a Osasuna a la final.
— Hay que entender que cada futbolista tiene su proceso. Yo también empecé tarde a jugar en el primer equipo. Mi debut en Primera división fue igual con 24 años, que no es una edad temprana. Pero echando la vista atrás, yo con 18 o 19 años, como han debutado tantos jugadores, me chupaba el dedo todavía. Sé a día de hoy que no estaba preparado. Cada futbolista tiene su proceso de maduración y unos con 18 están preparados; otros en cambio tienen una evolución más lenta y necesitan ir dando pasos en firme para terminar de formarse. No sirve de nada aparecer tempranamente en el primer equipo si tu paso es fugaz: si juegas un partido o dos, te supera la situación y desapareces.
«Jagoba está totalmente alineado con la filosofía de Osasuna y eso para nosotros es una maravilla. Les da oportunidades y continuidad a los chicos»
Patxi Puñal
— También necesitan un entrenador que crea en ellos.
— Claro, Jagoba está totalmente alineado con la filosofía de Osasuna y eso para nosotros es una maravilla. Les da oportunidades y continuidad a los chicos.
— Jagoba, un rara avis en un fútbol que aniquila entrenadores.
— El bueno de Mendilibar solía decir que como no sabe marcharse de los sitios, al final sale de ellos a boinazos. En el fútbol, la paciencia es algo que brilla por su ausencia: queremos el rendimiento inmediato y si la cosa va bien, bien; y si no, pues hasta luego. Es la mecánica que muchos equipos suelen utilizar. Pero bueno, cuando se confía en alguien aquí en Osasuna, para perder esa confianza hace falta mucho más que unos malos resultados.
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— Usted, sin embargo, ¿necesitó aquella cesión al Leganés para ganarse la confianza?
— Yo recién acababa de aparecer en Osasuna y Lotina no contaba conmigo. Le comenté en diciembre que qué le parecía que me marchara a Segunda y me dijo que le parecía perfecto, que tenía cinco pivotes y que yo era el quinto. Me habló claro y se lo agradezco. Sabía que tenía que hacerme un sitio en el fútbol nacional y para aprender a competir necesitaba jugar. Porque si estas un año entero sin jugar, al siguiente, si no te va bien, desapareces.
— Además, dejaba su hogar por primera vez.
— Sí, pasaba de vivir con mis padres en un pueblecito pequeño a irme a la capital a vivir solo. Mis reparos eran grandes, pero fue un aprendizaje brutal. Si me hubiera quedado aquí no sé si hubiera acabado de redondear mi formación.
— A su vuelta se convirtió en un hombre capital en la historia de Osasuna, pero ¿le invadió el 'ahora qué hago' tras su retirada?
- Pensaba que a mí eso no me iba a pasar. No tuve que abandonarlo porque no me ponían y me parecía que, joder, tenía años de fútbol por delante; yo lo dejé con 38 años, estando en Primera división, cuando ya no tenía más. Pensaba que al haber tenido una carrera plena pues que no me iba a suceder eso, pero es cierto que te desubicas. Pasas de estar en boca de todo el mundo, jugando contra gente que sale en todos lados, estando ahí arriba peleando con los mejores... a quedarte en casa para hacer un huevo frito, hacer las camas y dar un paseo con el perro. Te faltan cosas y, al principio, aprender a disfrutar del día a día cotidiano cuesta un poco. Cualquier cambio en la vida nos zarandea y ese es un cambio fuerte.
— Luego llegó la llamada del club de su vida, ¿se ve trabajando en otro lugar?
— No me veo viviendo del fútbol en otro lado, soy un hombre de club. Aquí en casa estoy encantado y mientras tenga la suerte de trabajar en Osasuna aquí estaré. Ni siquiera tengo esas aspiraciones de ser primera espada en el primer equipo aquí. Si yo trabajase con el primer equipo, pues bueno, me vería más como un ayudante de los entrenadores o un nexo de unión entre la directiva y el club, como a veces se ha echado en falta. No me veo siendo un trashumante.
— ¿Y si gana Osasuna la Copa?
— Como gane Osasuna empezarán los Sanfermines ya.
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