El segundo palo
Sor Del Bosque al rescate de Moncloa
«Y aquí es cuando viene la gran genialidad de la fábrica de los nombres grandilocuentes, el truco del almendruco de colocar a dedo al frente de esta Comisión de juguete a un hombre de paja, otro de los suyos»
Siempre nos quedará papá Real Madrid
Algo sí hay que reconocerle a la fábrica de los nombres grandilocuentes, o sea el PSOE, y es esa habilidad innata suya para captar la atención del respetable público desviándola al mismo tiempo de lo que es verdaderamente importante. Pondré un ejemplo: quien ha convertido ... en un terreno yermo e inhóspito a la federación española de fútbol ha sido Luis Rubiales, a quien, y hasta el fatídico beso mortal (José Luis Garci dixit), el Gobierno mantuvo en el puesto contra el viento del sentido común y la marea de lo razonable so pretexto de que era uno de los suyos. Y lo era, vaya que si lo era, y ahí están sin ir más lejos los entrañables wasaps de Luis dirigidos hacia Pedro que lo acreditan. En la fábrica de los nombres grandilocuentes creían que era bueno para el partido que alguien con las hechuras de Rubiales pudiera darle réplica diaria a Javier Tebas, que además podría llegar a votar alguna vez a VOX, en su OK Corral.
Para desviar la atención del lodazal que ellos mismos permitieron, el PSOE se ha sacado de la manga su enésimo nombre grandilocuente, la Comisión de Supervisión, Normalización y Representación. ¿Quesquesé se merdé, se preguntaría La Trinca? Je ne sais pas, respondería el Barón de Bidé. ¿Cómo va a supervisar quien miró hacia otro lado por puro interés? ¿Cómo va a normalizar quien convirtió la situación en anormal por una cuestión ideológica? ¿Cómo va a ejercer la representación de nada ni de nadie aquel que consintió que se nos avergonzara a todos los españoles?
Y aquí es cuando viene la gran genialidad de la fábrica de los nombres grandilocuentes, el truco del almendruco de colocar a dedo al frente de esta Comisión de juguete a un hombre de paja, otro de los suyos, pero, a diferencia de Rubi, con un perfil radicalmente distinto, un marqués por designación real de reputación intachable, alguien difícilmente atacable por la plebe. O sea, pongamos… ¡a Sor Del Bosque! Miguel Galán, el temible Querelleitor, nos recordó el otro día en EsRadio que el ex seleccionador fue un báculo fundamental para Ángel Villar, el origen, según él, de todos los males que nos acechan. Yo, que como diría Ancelotti soy un defensa pesimista, vaticino que Sor pondrá la cara pero no moverá el bigote. Ahora sabemos al menos que Pilar Alegría no le obligará a afeitárselo como en el anuncio de los langostinos Rodolfos. ¿O sí? Todo por la patria socialista.