Un constructor, Mendes, Qatar y colonia española: Sporting de Braga, el club rebelde de Portugal

El Sporting de Braga ganó una Copa de Portugal en 1966, pero ese título fue una lágrima en el Atlántico. No sería hasta 2004 cuando la historia de este humilde club dio un cambio radical. A la presidencia llegó Antonio Salvador, un empresario de la construcción que con tan solo 35 años decidió plantarle cara al 'estatus quo' del fútbol luso. Se alió con Jorge Mendes para planificar un proyecto deportivo a medio y largo plazo, le puso las pilas a las instituciones de su país para cambiar las prebendas económicas de los poderosos, como en el caso de los derechos de televisión, y los éxitos empezaron a llegar. Subcampeón de Liga en 2010, de la Europa League en 2011, campeón de Copa en 2013 y 2020 y campeón de la Copa de la Liga en 2016 y 2021, así como unas cuantas finales más.

«La explosión se produce, sobre todo, en esa final europea, que perdió precisamente con el Oporto. Era impensable que en la distribución de títulos del fútbol de Portugal alguien se metiera entre Oporto, Benfica y Sporting de Portugal, y el Braga lo ha hecho», explica José María Nole, orientador educativo en el Colegio Internacional de Sevilla y una de las personas que más sabe del fútbol luso: «Yo tengo como una doble vida. Llevo quince años encima del fútbol portugués. Me encanta el país, soy futbolero, vivo cerca, tengo una web que se llama 'fútbol portugués desde España'', en 2021 publiqué 'Fútbol portugués: historia, gestas y protagonistas', y ahora voy a sacar mi segundo libro, 'El extraño orden del fútbol portugués', que se centra el trabajo de Carlos Queiroz en las categorías inferiores entre 1989 y 1991, años en los que Portugal ganó dos Mundiales sub-20 y una Eurocopa sub-16, claves para el fútbol de este país».

Ver al Braga competir en esta en Champions no es una extrañeza, aunque solo sea la segunda vez que la juega. El propio Antonio Salvador, que es un presidente con numerosas similitudes a lo que era Del Nido en el Sevilla, presume de dirigir un equipo grande y de retener jugadores que hasta no hace mucho siempre se llevaban Benfica y Oporto. Fue el caso de Ricardo Horta, la actual estrella del Braga. El pasado verano, Salvador se negó a venderlo al club lisboeta, rechazando hasta 15 millones de euros, una cantidad enorme para los pequeños traspasos que se mueven entre los equipos del país vecino.

«Eso fue una cuestión de estado. Horta es un jugador de Mendes, al que Salvador le debe muchos favores por todo lo que deportivamente le ha ayudado, y le ayuda, pero se negó en rotundo. El jugador, hasta llegó a despedirse de la afición del Braga, porque cuando Benfica u Oporto quieren fichar en un equipo de la liga portuguesa, siempre lo consiguen y, además, por cantidades ridículas. Esta operación fallida marcó un antes y un después, y te dice la dimensión que ha adquirido el Braga», detalla Nole.

Dimensión en la que ha visto bonanza deportiva, y negocio, Qatar Sports Investments, la propietaria del PSG, que posee el 21% de las acciones del Braga. Eso le da liquidez al club y, a su vez, el grupo catarí expande sus tentáculos en Europa: «Portugal es del Benfica o del Oporto, pero en la zona del Minho no es así. Ahí, la gente es del Braga o del Vitoria Guimaraes, que es uno de los derbis más calientes de Portugal. Entonces, si quieres invertir en un equipo que no deja de crecer y que ya tiene buenos cimientos, lo adecuado es hacerlo en el Sporting. Han sido inteligentes», argumenta José María.

Son muchos los jugadores y entrenadores que ha revalorizado en estos últimos años el club bracarense, como es el caso del técnico Rúben Amorim, que se lo llevó el Sporting de Portugal tras pagar la cláusula del exentrenador del Braga, algo nunca visto en el país luso. Ahora, bajo el mando de Artur Jorge, exjugador del propio club, y entrenador en todas las categorías inferiores del Braga, el proyecto sigue en buenas manos: «Es un tipo humilde, pero ambicioso, y tiene un buen grupo de españoles que son claves en el equipo. La pasada temporada llegó a la final de Copa y lo ha metido en Champions tras acabar tercero en la liga».

No le falta razón a Nole. El Braga tiene una buena colonia de jugadores nacionales, como Abel Ruiz, Djaló, Adrián Marín o Víctor Gómez. Son cuatro de los más de treinta futbolistas de nuestro país que juegan en la liga portuguesa: «Es habitual que haya españoles, pero es cierto que hasta hace diez años no eran diferenciales. Por ejemplo, Tote fracasó en el Benfica. Eso en la última década ha cambiado. Nolito, Casillas, Grimaldo, Pedro Porro, Marcano… Ahora hay jugadores españoles con peso en Portugal, muy bien considerados y valorados, como los del Braga», sentencia Nole.