Messi es de otra galaxia

Messi es de otra galaxia

Medio Barça es Leo Messi y más ahora que el equipo sube y baja sin aparente explicación, capaz de reencontrarse el pasado miércoles con su mejor versión así como de entregar una ración con una pizca de sosería en la complicada plaza de Zaragoza. Para ... darle sabor a la velada estaba el argentino, que no por ser repetitivo en los resúmenes resulta cansino. Es tan bueno que cuando está así no hay nada que hacer, incapaz cualquier rival de frenar su carrera endiablada como evidenció con el segundo gol, una obra maestra al más puro estilo maradoniano. Con sus tres tantos de anoche, que se dice pronto, mantiene al equipo en la pelea con el Madrid, apasionante y más a medida que se acerca el clásico.

Cinco minutos bastan

Con cinco minutos pareció tener medio trabajo hecho el cuadro catalán. El primer gol de Messi fue lo mejor de una primera parte de bostezo interminable, controlada sin preocupaciones por un Barcelona más funcionarial que de costumbre y que se dedicó únicamente a rellenar el formulario. Se contentó con el tanto a las primeras de cambio y escatimó esfuerzos con vistas a una semana decisiva en lo que a la Liga se refiere. Lo dice Pep Guardiola, quien respiró aliviado al confirmar que el flemón de Messi disminuyó para tranquilidad del personal, consciente de que el extremo está de dulce y especialmente ahora que ha roto a marcar. El argentino no descansa nunca y su cabeza resultó tan decisiva en la jugada del gol como el clamoroso error de Diogo, aliado con el ataque azulgrana al entregarle la pelota de forma tan absurda como errática. Luego Pedro se encargó de hacer de extremo y el resultado final fue el festejo del Barça.

>Nada más en 45 minutos. Dio un paso atrás el Barcelona y ganó centímetros el Zaragoza, pero careció tanto de recursos que Valdés nunca sufrió por mantener su territorio virgen salvo el arreón final de los maños. Cuesta arriba, los locales se atolondraron y al Barça le bastó con sostener la medular, ausente de talento ya que anoche compartían faena de brega Touré, Keita y Busquets mientras Iniesta descansaba en el banquillo junto a Henry, en reposo el galo después de las dos actuaciones más vistosas del curso. En su lugar, Ibrahimovic, la asignatura pendiente de un equipo que empieza a preocuparse por el estado deprimente y desesperante del sueco. Más de lo mismo en La Romareda con idéntico resultado, pues parece que sigue perdido en su mundo, a años luz del futbolista que maravilló en el primer trimestre. Las que tuvo en la reanudación, clarísimas y casi a puerta vacía, las envió fuera cuando parecía imposible fallarlas, aunque luego se desquitó al transformar un penalti que le regaló Messi después de otro jugadón.

El que no falla nunca es precisamente La Pulga. Otro triplete sensacional con dos golazos soberbios, cada uno con su sello. La reacción del Zaragoza, liderada por Colunga y favorecida por el baile de centrales, llegó tarde.

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