Otro juicio a España

Parece improbable que España sufra en esta fase de grupos porque tiene enemigos asequibles (Ucrania, Eslovaquia, Bielorrusia, Luxemburgo y la mencionada Macedonia) y acceden al torneo los dos primeros de forma directa. Sirve, pues, para hacer pruebas y recuperar la autoestima que se quedó en Brasil, necesitado el grupo de resultados y buenas sensaciones.

No hay debate en la portería porque juega Íker Casillas, que es el hombre de Del Bosque y el capitán . El seleccionador confirmó que sería titular pese a que en Francia jugó De Gea y los compañeros ven bien al madridista, centro de todas las tertulias. «Íker está muy comprometido. Lo he visto con muchísimas ganas. A lo mejor ha pasado momentos más complicados en su club, pero lo veo muy comprometido, adaptado y ayudando a los jóvenes como siempre», comentó Cesc Fábregas.

En defensa Juanfran será el lateral derecho después de que Carvajal sufriera un pinchazo en los isquiotibiales de la pierna izquierda durante la sesión de trabajo del domingo (es duda para el derbi madrileño del sábado). Se mantendrá la idea en el centro del campo y arriba, según los experimentos, estarán Pedro, Silva y Paco Alcácer, el nuevo delantero de España ante la ausencia de Diego Costa.

La selección, que gestiona como puede la nostalgia por los que no están, busca desesperadamente el gol. No hubo ni un solo disparo entre los tres palos ante Francia y la responsabilidad la asume Alcácer, que encima se motiva ante su gente. «Estoy preparado», acepta el atacante del Valencia, un joven de 21 años que siempre se ha llevado muy bien con el gol.

Todavía escuece la herida del Mundial y Del Bosque pide pasar página cuanto antes, pero sabe que para ello el equipo debe responder. «Necesitamos nuevos retos, nuevos desafíos y no podemos olvidar que la fase de clasificación para la Eurocopa no es un banco de pruebas y que no podemos jugar con ella. Además, por encima de todo, vamos a ser juzgados más allá del resultado y queremos ganarnos la confianza de los descreídos», resumió.

Es, en definitiva, un partido entre España contra sí misma, tan pendiente del qué dirán como del resultado. A priori, Macedonia no debe incomodar demasiado (76 de la FIFA y con Agim Ibraimi como principal estrella), pero es una incógnita el estado de la selección y ese afán por demostrar que aún luce esa estrella puede generar el sentimiento opuesto.

La cita puede servir también para que se estrene Munir, joven perla del Barcelona que suple al lesionado Diego Costa . Si debutase, cerraría el debate ya que Marruecos le quiere en su equipo (su padre es de ahí), pero Del Bosque ya explicó el joven quiere defender la bandera española.