Messi hace historia en una tarde perfecta para el Barcelona

Los navarros fallaron en su primera y única ocasión clara para marcar, una acción que nació de un error de cálculo de Mascherano que Bartra, titular por la baja de Piqué, no pudo corregir. Disparó Armenteros a pase de Cejudo, detuvo el portero con muchos problemas y Riera remachó a puerta vacía, aunque con la jugada invalidada por claro fuera de juego.

En ese momento, el partido torció el gesto de la considerable cifra de asistentes que registró el Camp Nou. La verdad es que el buen tiempo acompañó durante todo el día, pero el juego azulgrana, hasta ahí, no estaba rindiendo a la misma altura. No obstante, la suma de quilates (Neymar fue suplente, eso sí) que dispuso Martino sobre el impecable césped se puso a funcionar, como recordando que la Liga está sólo a cuatro puntos y con un clásico por jugarse; objetivo asumible, verosímil.

Tras el primer aviso de Alexis, en el minuto 18 Messi abrió el marcador en una jugada dirigida y templada por Xavi, prolongada por el chileno y finalizada en el área chica por el argentino, que igualó las 369 dianas del mítico Paulino Alcántara, máximo goleador de la historia del Barça desde los años 20. El récord no tardaría en caer.

A los tres minutos Alexis abrió la brecha, confirmando su habilidad para decidir los partidos que sobre el papel menos motivan. A lo tonto, el de Tocopilla suma ya 17 tantos en Liga. Ante Osasuna, culminó en posición de nueve una acción estática de manual, de esas que piden a la versión azulgrana más precisa e inspirada. Alba e Iniesta combinaron en poco espacio, el lateral soltó rápido un centro raso y Alexis batió fácil a Andrés. Tiralíneas marca de la casa.

Menos habitual fue el camino que siguió el Barcelona hasta su tercer gol, obra de Andrés Iniesta, de trallazo fuerte y colocado desde fuera del área. El centrocampista, afectado por temas personales, firmó sin duda el instante más intenso de la tarde. No suele ensayar desde tan lejos, mucho menos con su pierna menos buena, pero vio claro el hueco para sentenciar el partido y de paso apretar el puño de rabia y sentimiento. Sus compañeros le abrazaron más fuerte que nunca mientras él se acordaba del cielo.

Mala jugada le ha pasado la vida a un futbolista exquisito cuya madurez debe liderar al Barça en un futuro próximo. Precisamente Iniesta propició que Messi redondeara la velada. Del talento del manchego partió la acción que convirtió al argentino en el jugador más prolífico de la historia del Barça.

Si su voracidad vence al aburrimiento que a veces transmite, las opciones de su equipo crecen como la espuma. Mientras, Neymar vio los 90 minutos desde el banquillo, incluido el golazo que Tello, la culminación de Messi en forma de triplete y la de Pedro con un tanto que dio brillo a una actuación soberbia del canario.