El Barça se atasca en Pamplona

Después de un inicio supersónico con pleno de triunfos, ocho de ocho para empezar, se quedó seco ante un buen Osasuna y se dejó los dos primeros puntos de la Liga, nada dramático, pero sí noticioso. El Barcelona no gana siempre y Messi, revulsivo a la desesperada para dar luz al apagón, no fue decisivo como otras tantas veces. [Así lo hemos contado]

Se consumió la primera mitad sin apenas suspiros , 45 minutos pesados en donde no se contabilizaron ocasiones de verdad. Un remate de cabeza de Bartra al filo del descanso y poco más, espesa la velada en las dos áreas y sin mayor historia que la del equipo del Barcelona. Siete meses después, por fin Carles Puyol , el fichaje que reclamaba Gerardo Martino desde que llegó, la vuelta al ruedo del eterno capitán que derrocha vitalidad ante cualquier situación adversa. No jugaba desde el 13 de marzo y fue titular en una defensa extraña, con Montoya y Adriano en los laterales.

La otra noticia estaba en el banquillo, en donde se sentaba Messi después de arreglar sus problemas musculares, mala cara porque no soporta estar lejos del césped. Sin el argentino, fue Cesc el que se movió por la zona central del ataque y el resultado fue una discreta actuación del Barcelona, que dominó para nada. Tuvo el balón y fue madurando el encuentro, pero le faltó precisión en el último pase y sólo Neymar asustaba con timidez . Pero sucedía todo lejos de la portería, demasiado lejos. A la caseta sin goles por primera vez este curso.

Ni con Messi

El Sadar se contentaba con estar como el principio, únicamente alterado por la l esión de Sisi nada más empezar el encuentro . Por lo demás, vivió con relativa calma hasta que Messi empezó a calentar por la banda, una figura tan intimidatoria que da miedo sólo con moverse. El Barcelona, una pizca más rápido, se movió mejor y dispuso de un par de oportunidades clarísimas que desaprovechó Cesc, negado en la zona del gol. Los azulgrana, esta vez con la senyera, crecían a partir de las carreras de Neymar y se volcaron definitivamente cuando entró Messi, el dueño de esta Liga hasta nueva orden.

Pero no siempre se puede y ni siquiera el «10» tuvo recursos, incapaz de activar a un grupo desaliñado y con poco brillo en los medios. El Barcelona lo intentó con poco ritmo y murió en campo ajeno sin renunciar a su estilo, ineficaz contra un grupo tan bien puesto como el Osasuna, desesperado porque esta vez se le negó el gol. Se atascó en Pamplona, ahí donde se ganan Ligas, tan difícil el Sadar.