El embrollo para decidir la abanderada de España en París 2024

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Laura Marta

Con Cooper no hay ninguna duda. Desde que empezó a sonar su nombre siempre ha mostrado su predisposición y ha expresado su orgullo por poder portar la bandera. Pero el balear nacido en Oxford aún no sabe quién lo acompañará en ese momento tan especial de la ceremonia que, si todo va como la organización de los Juegos quiere, se hará por primera vez en la historia fuera del estadio olímpico, pues los atletas desfilarán en barcos en una travesía por el río Sena.

La primera candidata, Maialen Chourraut, ya ha dicho que no al ofrecimiento. Y no por gusto. La vasca ha renunciado públicamente al competir al día siguiente en el estadio náutico de Vaires-Sur-Mer. «Llevo varios Juegos y solo pude acudir a la ceremonia en Pekín. No me perdonaría que, por vivir ese momento, sacrificara un resultado para el que me he estado preparando tanto», decía la de Lasarte. El día de la previa de una competición es de mucho trabajo, hay que analizar el recorrido con el equipo... Y el descanso es prioritario«, decía durante la presentación del equipo olímpico de piragüismo.

Así las cosas, se empezó a mirar a la posible sustituta, que según el palmarés debería ser Carolina Marín merced a su oro olímpico en Río. Y aquí llega el problema. La primera ronda del bádminton también está programada para el día posterior a la Ceremonia de Inauguración, con partidos desde las 9.20 horas.

De momento, el COE no se ha puesto en contacto con la onubense, quizás esperando a la decisión final de Maialen, pero si lo hace ya sabe que tendrán que plantear algún cambio. «Para un deportista es todo un sueño llevar la bandera olímpica», explicaba este martes, precisamente en un acto del COE. «Pero sí es cierto que yo tengo que tener muy en cuenta que físicamente hace tres años me rompí la segunda rodilla, y que son muchísimas horas. Contemplaría todo en el caso de que me llamasen y me propusieran ser la abanderada de España, pero tengo que tener muy en cuenta que son ocho o nueve horas de pie, y que yo compito al día siguiente».

Marín, que se perdió por lesión los Juegos de Tokio, teme que los preparativos de la ceremonia le acaben pasando factura, por lo que, al igual que Maialen, tampoco quiere poner en riesgo su preparación. «No sé si voy a competir por la mañana al día siguiente. Si fuese así, va a ser muy complicado, por eso tengo que ver un poco todas las circunstancias, hablar con mi equipo para tenerlo en cuenta».

«Si desde el COE pudieran hacer algo por cambiar el horario a la tarde habría menos problemas», continuó la recién galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes. «Lo más importante es la salud, si eso va a poner en peligro el que pueda conseguir mi gran objetivo, sin ninguna duda tendré que lamentarme mucho y decir que no».

El COE tendrá que actuar y decidir rápido para decidir la pareja que tomará el testigo de Saúl Craviotto y Mireia Belmonte, los abanderados en Tokio. De momento, todo son dudas. Fátima Gálvez, oro en Tokio en tiro, sería por palmarés la tercera opción.