Golf

El efecto Rahm dilata el acuerdo PGA-LIV

Los dos circuitos amplían hasta abril las negociaciones para alcanzar una fusión

LIV o PGA: el efecto Rahm en la excelente hornada amateur de golfistas españoles

Jon Rahm durante el pasado Masters de Augusta AFP

Está visto que el golf de máximo nivel no puede vivir sin sobresaltos. Cuando no es la creación de un nuevo circuito es un cisma entre las estrellas; y cuando se establece un calendario para llegar a un acuerdo entre las organizaciones, ... surge el fichaje de Jon Rahm por el LIV Golf que dinamita este deporte. De manera que no ha sorprendido que la fecha que los dos tours habían establecido para llegar a un acuerdo, el día de hoy, no se haya cumplido.

Si desde el mes de junio las noticias relativas a la posible fusión han sido escasas y contradictorias, las producidas en el último mes a raíz del fichaje del español por la gira saudí lo han dinamitado todo. El hecho de que Rahm aceptara sin problemas las condiciones iniciales del LIV Golf que tanto había criticado (torneos cerrados, a tres vueltas y sin corte) daba qué pensar. Sobre todo cuando sólo quedaban tres semanas para que se cumpliera el plazo del 31 de diciembre que los dos contendientes se habían puesto de tope para alcanzar un acuerdo de cara al futuro. Cuando las opciones pasaban por una posible fusión de los dos universos golfísticos, la marcha de Jon indicaba volver a la casilla de partida.

Parecía que todo lo filtrado hasta entonces acerca de la creación de una nueva estructura con mayoría de capital árabe y un calendario más o menos compartido quedaba en agua de borrajas. El LIV Golf había hecho público su calendario de catorce pruebas y volvía a contar con las características conocidas, o sea que no había habido ningún acercamiento con el PGA Tour en este sentido. ¿Era esa una estratagema para forzar una negociación a la que se le acababan los días?

Los estadounidenses, por su lado, reaccionaron con una posible oferta de un grupo de propietarios de franquicias deportivas del país, lo que sería del agrado gubernamental al no necesitar añadir dinero extranjero a un sector estratégico para su economía, como es el del deporte. Pero esta estrategia tampoco dio resultado y el fichaje de la estrella española fue el último golpe de efecto de este culebrón, que ha terminado en un callejón sin salida. Los árabes se reafirman de cara al exterior en que no tienen ningún problema en tirar de chequera para conseguir lo que quieren y dejan claro que, con el Circuito Americano o sin él, van a seguir adelante con su proyecto de convertirse en los más importantes del golf mundial.

Así que, o se rompían las negociaciones hoy mismo o ambas partes se daban un nuevo margen para buscar una solución. Y la fecha del Masters de Augusta, a primeros de abril, es la elegida para ver si al fin se ponen de acuerdo. Que el LIV Golf ceda ciñéndose al modelo convencional de pruebas y que el PGA Tour vea inundarse sus arcas con petrodólares. Y así todos tan contentos.

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