Ciclismo

Adam Yates golpea primero en un inicio de Tour empañado por el abandono de Mas

Tour de Francia

El inglés del UAE, acompañado por su gemelo Simon (Jayco) en línea de meta, vistió el primer maillot amarillo en Bilbao

El líder del Movistar, obligado a abandonar por una caída en la bajada del Vivero en la que también tocó tierra Richard Carapaz

Españoles que adoraron el Tour de Francia

Era el paso original de este Tour, pero francamente parecía uno de sus días decisivos: porque los dos gigantes, Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, en la escalada al explosivo Pike Bidea, se acuchillaban desde el día uno. Tras tal demostración de fuerza, ... el personal esperaba que alguno de estos ciclistas pletóricos, los hombres que lucharán otro año más por la clasificación general, se vistiera de amarillo en suelo español. Sin embargo, el siempre novelesco presente tenía un desenlace fraternal. Los últimos metros del Pike y su posterior bajada dejaron en solitario a Adam (UAE) y Simon (Jayco), los gemelos Yates. Fue el primero, el compañero de equipo del bicampeón Pogacar, el que alzó los puños triunfante ante la poca oposición de su hermano en los metros finales. El actual campeón del Tour de Romandía, en un día que sólo fue empañado por el abandono de la principal esperanza española Enric Mas después de una fea caída, es quien sonríe en el comienzo de un Tour que se augura precioso.

Bilbao recibía y presentaba a la carrera francesa con la ilusión propia del pueblo que más amor siente por la bicicleta. El gentío inundaba las laderas de los pronunciados montes de Vizcaya, el verde de la geografía vasca teñía de belleza a este inicio con aroma de clásica y Pogacar, un prodigio que odia la especulación, decidió ser relevante desde el principio de la carrera.

El corto Pike, a solo diez kilómetros del regreso a Bilbao, se vislumbraba como una pared de dos kilómetros al 10% de pendiente, el esloveno arrancaba tras el fiel trabajo de Lafay y atrás quedaban los sueños de victoria de los ciclistas que se criaron por esas mismas carreteras como Pello Bilbao. Vingegaard, como en el grueso de la edición pasada, no sucumbió ante la explosividad de un balcánico que al esprint sí recogió los cuatro segundos de bonificación tras acabar en la tercera plaza. Dos de sus chicos en el podio; el UAE, como reconoció Marc Soler en línea de meta, tiene la confianza por las nubes.

Poco antes de la euforia, los abrazos y el desfile de maillots en el parque Etxebarria de la ciudad más poblada del País Vasco, el ciclismo español asistía incrédulo a una nueva desgracia.

Cruel adiós de Enric Mas

«Es el omoplato o escápula, no lo sé bien; pero no podía mover el brazo. Ha dicho que no podía seguir», decía Chente, el director de carrera del Movistar, tras el fin de la etapa bilbaína. Enric Mas, cuyo infortunio en las bajadas fue el fruto de sus miedos en el Tour de Francia pasado, cruzó su camino con Richard Carapaz en una curva no demasiado enroscada en el descenso del Vivero. Ambos, excompañeros en el equipo telefónico, cayeron al arcén previo al bosque en un golpe horrible.

El ecuatoriano, con la rodilla inflada y ensangrentada, dirimió su continuidad en carrera durante minutos. De cuclillas, mientras su rostro denotaba únicamente dolor, el futuro del exganador del Giro parecía el abandono. En cambio, Carapaz se subió a la bicicleta de nuevo, llegó a meta un cuarto de hora después que los hermanos Yates en un ejercicio de puro estoicismo y las pruebas médicas decidirán si toma la salida este domingo desde Vitoria.

La otra, cruel, cara de la moneda deja sin Tour a Enric Mas. Mientras el equipo médico examinaba su brazo derecho y Chente trataba de encontrar amparo en sus palabras, el mallorquín, con la mirada perdida en punto fijo, ya conocía su destino. «No tenemos plan b, estábamos centrados con Enric. Qué mala suerte, aún no lo creo», decía su gregario Guerreiro al micrófono de Alberto Contador en plena llegada.

El adiós de Mas destroza los planes de los de Eusebio Unzué. Sin opciones reales de luchar ya el podio, la esperanza navarra pasa por el talento del norteamericano Matteo Jorgenson, quien podría regalarles un triunfo de etapa realmente sanador.

Protagonismo repartido

El segundo abandono consecutivo de Mas en la ronda gala dirige los focos patrios a dos hombres que ayer demostraron seguir la estela de los mejores: Mikel Landa (Bahrein) y Carlos Rodríguez (Ineos). Veterano y joven, que llegaron a 12 segundos de Adam Yates, son claros aspirantes al top diez de la general. Bilbao, Aranburu y Luis León Sánchez también firmaron un buen inicio perdiendo solo 33 segundos con el líder

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios