Lessort machaca al Real Madrid

Parece que el proyecto de Ataman en Atenas ha alcanzado un poso muy interesante, pues ahora no son solo grandes nombres los que defienden su camiseta, sino también una gran mentalidad de equipo. Juegan los verdes con inteligencia, su gama de peligros es muy amplia y tienen instinto asesino. Todos los ingredientes de un equipo ganador. Su destino, si no se tuerce su camino, es sin duda la Final Four.

Solo tardó cinco segundos Ataman en ejecutar una de sus excentricidades. Lessort le ganó el salto inicial a Tavares y el técnico turco lo mandó directo al banco. Salió el polaco Balcerowski, que en su primera jugada hizo un gran mate a dos manos. Así es el libreto de Ataman, bendito caos pero siempre con un propósito en el horizonte. Le ha organizado una plantilla magnífica el Panathinaikos y, tras unos primeros meses de muchas dudas, parece que los atenienses ahora sí pueden ganarle a cualquiera.

Aspiraciones que, al menos en Madrid, no hicieron acto de presencia. Tras un decidido inicio de los griegos, los blancos contrarrestaron desde la línea de tres, magníficos Abalde y Causeur con dos aciertos cada uno en sus primeros lanzamientos. Campazzo movía los hilos con ganas de hacer daño, un maestro del engaño cuando tiene campo para correr, y los locales, sin mucho esfuerzo, construyeron una sólida ventaja.

Repartían los árbitros técnicas, una a Ataman por invadir el parquet y otra a Yabusele por protestar una falta inexistente. Guion vibrante, con ganas la Euroliga de acelerar en unas siete ultimas jornadas que se presentan apasionantes. Aprovechó el Panathinaikos la confusión para arrimarse al Madrid, muy bien Slouskas y, sobre todo, Juancho Hernangómez, que en su primer partido en el WiZink desde 2009, sorprendió al público con cuatro puntos consecutivos. De la nada, los griegos se encontraron por delante en el marcador.

Lessort estaba fantástico, cuatro mates consecutivos del francés sembraron la semilla del miedo en el Real Madrid. Perdían los blancos demasiados balones, pases horrorosos que se iban contra las vallas publicitarias, y los griegos no paraban de distanciarse en el electrónico. Una canasta de Nunn sobre la bocina hizo que los de Chus Mateo llegasen al descanso con una desventaja de nueve puntos.

Se mostró mucho más preciso el Madrid tras el descanso, bien en la circulación y muy sereno a la hora de seleccionar los tiros. Causeur y Hezonja tiraban del carro, pero fue una violenta finalización de Yabusele la que devolvió la igualdad al marcador. Buenas noticias que Lessort siempre se encargaba de empequeñecer. El ex del Partizan no tenía miedo ni del mismísimo Tavares y coqueteaba con mellar el aro blanco, pues casi siempre remataba sus acciones con un espectacular mate.

Nunn golpeó de nuevo sobre la bocina, estratosférico triple del estadounidense para llevar a la esquina del cuadrilátero a los madridistas. Pero cuando más sufrían, apareció Musa con una de sus ya típicas rachas anotadoras. Nueve puntos del bosnio, casi de forma consecutiva, convirtieron los últimos minutos en un embudo.

La eliminación de Nunn tras darle un codazo a Campazzo dio esperanzas al Madrid, el Panathinaikos ya no tenía a su líder sobre el campo, pero los verdes encontraron un mesías inesperado. El lituano Grigonis, tras anotar dos tiros libres, desatascó el ataque con un triple genial y, en la jugada siguiente, robó el balón para asistir con mucha clase a Lessort. El Panathinaikos no solo consiguió una victoria de mucho mérito. También mandó el mensaje de que este año van a por el título.