Épica, un cuento de hadas y un héroe americano: «No queremos que esto se acabe»

Tras unos inicios dubitativos en la preparación y un estreno notable en el Eurobasket, Brown lució ayer como se esperaba cuando se le nacionalizó de manera exprés para jugar este campeonato. Una explosión en el mejor momento. El americano asumió la responsabilidad cuando el balón quemaba, sumando 12 puntos y dos asistencias en la prórroga. Imparable por momentos el base, que desesperó a su rival. «Si no hubiera sido por su 'fichaje' este verano no sabemos lo que habría pasado», señalaba Kuzminskas en la rueda de prensa posterior al encuentro. Su rabia era proporcional al cariño que Brown recibió ayer por parte de sus compañeros, felices por contar con él.

Brown llegó humilde al vestuario de la selección hace algunas semanas. Conocía el revuelo que había levantado su nacionalización, pero lo que se encontró al aterrizar allí le sorprendió. «Estaba preocupado por cómo me iban a aceptar. A pesar de que no llevo aquí mucho tiempo, siento que estos jugadores me han aceptado como uno de ellos. Me quieren y yo les quiero. Estoy muy agradecido por poder formar parte de este equipo, que es una familia», apuntaba el base tras el encuentro, el mejor desde que viste la elástica nacional, tras acabar con 28 puntos y 8 asistencias.

Scariolo, feliz junto al americano, reconoció que su adaptación había sido fácil y que si le había costado sacar este carácter ofensivo no era por timidez. «Creo que tiene más que ver con su deseo de ser un jugador de equipo y de hacer mejores a sus compañeros repartiendo asistencias. Pero tenemos el talento que tenemos y se agradece su paso al frente, aunque no siempre tiene que ser así», señalaba el técnico.

El propio Brown se encargó de alabar también al resto del equipo. «La defensa de Díaz ha sido increíble hoy y el esfuerzo de Rudy, brutal. Es increíble la confianza que tienen estos chicos en mí», expresó el americano, cuyo discurso sonaba tranquilo a pesar de la exhibición que acababa de protagonizar. Actuación con la que se ganó definitivamente el corazón de España, que ya le ve como uno más de la Familia.

Al que se veía con el rostro pleno, tras una de las victorias más complicadas de su periplo como entrenador, era a Scariolo. «Estamos donde igual pocos pensaban que pudiésemos estar, pero estamos. Con mérito, habiéndonoslo ganado y ahora a descansar, y a seguir. Porque es un cuento de hadas y no queremos terminarlo nosotros por no hacer lo posible para que siga».

El técnico destacó el carácter del equipo, que no «tembló» cuando las cosas se pusieron peor. «Incluso en la prórroga, tomamos ventaja, se nos acercan y volvemos a apretar, a luchar, sin perder la fe en nosotros. La gente habla de los ajustes de los entrenadores, pero hay que darle crédito al corazón de estos jugadores, esto es genial, es un orgullo, hemos trabajado durante el año, durante muchos años para hacer a estos chicos crecer con los valores correctos, con la forma correcta de competir, de estar juntos, de dar la bienvenida a los que entran al grupo».