Garuba: «Seríamos tontos si dijéramos que nuestro objetivo era llegar a octavos»

—Está más fuerte que nunca. Mucho más que cuando jugaba en el Real Madrid, ¿ha trabajado más el físico por las lesiones?

—Sí, sí. La verdad es que en aquellos días en los que estaba lesionado y no podía entrenar con balón, hacía mucho físico. Demasiado, a lo mejor (Se ríe). Me veo muy fuerte, pero tengo que recuperar la explosividad que siempre he tenido y eso creo que eso es cuestión de tiempo. De que pasen los partidos y avance la temporada. No es algo que me preocupe.

—¿Y le preocupó poder perderse el Eurobasket?

—(Se lo piensa mucho). Lógicamente que tuve dudas. No sabía si iba a recuperarme a tiempo, si el equipo me iba a dejar…Yo siempre tenía la idea de poder estar aquí, pero al final no eres tú solo el que puedes decidir. No puedes controlar muchas cosas, pero al final estoy feliz porque la franquicia me ha dejado y Scariolo me ha esperado a pesar de no estar al tope de mi nivel.

—Se le ve tímido en la cancha, ¿está jugando limitado?

—Creo que puedo dar mucho más, pero al final uno tiene que aportar lo que sea al equipo. Tienes que ayudar de la manera que sea y si el entrenador quiere que contribuya así, yo contribuiré de esa manera. Así son las cosas…

—¿Le gustaría tener un rol más importante?

—No, estoy contento con mi rol. Pero uno siempre puede dar un paso más y eso es bueno que lo tengamos cada uno en nuestra cabeza. Estoy contento de estar aquí y de ayudar al equipo, porque hace unos meses todo esto me parecía imposible.

—¿Qué es lo peor de lesionarse?

—Lo más difícil es eso, lesionarte cuando nunca antes te había pasado. Porque yo en mi carrera apenas había tenido percances físicos hasta esta temporada. Estar tanto tiempo fuera de la pista, sin hacer lo que más te gusta, te golpea mentalmente. Pasas de tener un balón en la mano todos los días a verlo de lejos y eso me ha costado mucho aceptarlo.

—Tiene 20 años y un margen de mejora aún brutal, ¿por dónde cree que tiene más trabajo?

—En todo. En todo, pero creo que uno de los aspectos en los que más tengo que trabajar es en el mental. En aprender a convivir con el error. Creo que es algo que vendrá solo con el paso del tiempo, pero todavía me cuesta mucho tener esa consistencia.

—¿Es la NBA como se la imaginó?

—Se parece mucho a la idea que tenía antes de viajar y jugar allí. Los mejores jugadores del mundo están ahí y estar cerca de ellos es un sueño hecho realidad. Estoy contento de poder aprender de ellos y ahora tengo por delante el reto de mantenerme, que es lo más complicado.

—¿Cómo es pasar de jugar en el Real Madrid o los Rockets, a disputar la liga de desarrollo (como la liga de filiales)?

—Es un cambio muy grande, pero más de la mitad de los jugadores de la NBA han jugado alguna vez en la G-League. Es un paso normal, sobre todo para los jóvenes, y si le digo la verdad, nunca me ha preocupado. Me ha venido bien porque he disputado minutos en lugar de estar en el banquillo sin jugador.

—¿Es como volver a los orígenes, a cuando jugaba en el filial y entrenaba con el Real Madrid?

—Algo parecido, sí. Son viajes en línea regular, los hoteles no son de lujo para nada… ¡Pero es que lo más normal del baloncesto es eso! Siempre es bueno vivir estas experiencias y tener el recuerdo de lo que has sido. De lo que has vivido para llegar hasta aquí. Volver de alguna manera a esos orígenes ayuda a poner los pies sobre la tierra. Como le digo, he disfrutado de la experiencia, conociendo a muchos compañeros y les he dado muchos consejos sobre jugar en Europa…

—Volviendo al Eurobasket, ¿han cumplido el objetivo llegando a octavos?

—Seríamos tontos si dijéramos que nuestro objetivo en el torneo era llegar a octavos. Creo que nuestro objetivo tiene que ser vivir el día a día y llegar lo más arriba posible. No podemos fijarnos un objetivo concreto más allá de mejorar cada día y darlo todo en la cancha. Tenemos que tener una buena experiencia para que el futuro del equipo sea tan bueno como lo ha sido hasta ahora, pero esto no significa que estemos felices con haber llegado hasta aquí y que nos conformemos. Queremos seguir ganando y si se puede llegar al podio y llevar una medalla a España, pues mucho mejor. Tenemos que ir paso a paso y el siguiente es Lituania. Es un equipo difícil, pero no es imbatible. Ninguno de los conjuntos del Eurobasket creo que lo sea o al menos así lo creo yo.

—¿Hay algún favorito para ese duelo ante Lituania?

—No creo que haya favoritos. Cualquier equipo puede ganar. Creo que estamos muy parejos y eso obliga a que mostremos nuestra mejor versión. Por nuestras características estamos obligados a hacerlo si queremos ganar el partido. Ya lo vimos en la primera fase, que cuando jugamos al 80 por ciento no nos sirve. No somos esa clase de jugadores que les vale con jugar a medio gas para ganar.

—¿Se refiere a jugadores como Doncic, Jokic o Antetokounmpo?

—Claro.

—¿Y cuál de los tres le impresiona más a usted?

—Son muy buenos los tres, pero me quedo con Antetokounmpo, sin duda. Para mí es el mejor jugador del mundo. Tanto ofensiva como defensivamente es buenísimo. Muestra una energía increíble en la pista y eso es algo que es muy complicado, porque ir al cien por cien siempre, en cada jugada, es algo que está al alcance de muy pocos. Le admiro mucho por eso.

—¿Ha cambiado mucho el vestuario de la selección?

—Claro. Es lógico. Es ley de vida. Este vestuario se va transformando cada verano, aunque la esencia se mantiene. Los veteranos transmiten esa esencia y los jóvenes la hacemos nuestra y algo de transformación hay.

—¿En qué se traduce?

—Pues, por ejemplo, que ahora se juega más a la PlayStation que a las cartas. Jugamos al NBA 2K, el mejor juego de baloncesto, al FIFA…

—¿Quiénes son los mejores?

—(Se ríe). Somos buenos todos…

—Es muy diplomático…

—Para que no se enfade nadie (bromea).