El Barcelona se desespera en Mónaco y se asoma al abismo

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Pablo Lodeiro

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Mentalizado el Barcelona para encontrar respuesta a Mike James y Theis, los dos estiletes monegascos que cimentaron el primer punto de la serie, se encuentra con la exhibición de Diallo. Habilitado por el juego coral del conjunto local y ante la pasividad defensiva de los azulgranas, el neoyorquino de pasaporte guineano se erige como el faro ofensivo de los suyos, autor de sus primeros 12 puntos para un total de 15 en el primer parcial. Los de Peñaroya, encomendados al talento individual por encima de la circulación de balón, se sostienen en el partido como pueden, pero las constantes visitas monegascas a la línea de tiros libres dibujan una ventaja de siete unidades al término de los primeros diez minutos (26-19).

Sube la intensidad en la pista bajo el Estadio Luis II, entre un Mónaco que se muestra contundente en cada contacto y un Barcelona que no rehúye el enfrentamiento. Se multiplican en ataque Parker y Satoransky, abucheado en cada jugada por la acción sobre Strazel que le costó la expulsión en el primer encuentro, para ajustar el marcador. Pero entre el base galo, extramotivado, el destrozo de Jaiteh en la zona y el triple final de Loyd, los monegascos vuelven a abrir brecha para marcharse al descanso con una renta de nueve puntos (49-40).

A la salida del entretiempo, como ya ocurriera el pasado miércoles, saltan los monegascos decididos a romper el partido, una lección de la que no aprendió el Barcelona. Los azulgranas se ven superados y sin respuesta ante el vendaval local, una fuente ofensiva inagotable con asistencias que habilitan puntos fáciles y trepidantes contrataques tras robos. Los de Peñarroya se dejan sacar del partido, entre lo baloncestístico y la faceta intimidadora del Mónaco, y la montaña a escalar asciende hasta los 16 puntos a falta del último parcial (80-64), de la mano de un Jaiteh en estado de gracia, protagonista de la actuación de su vida con 20 puntos sin fallo.

Sin atisbo ninguno de reacción ni arrojo por parte del Barça, el Mónaco se gusta y disfruta de su manifiesta superioridad. Willy y Punter frenan la sangría con su presencia en el tiro libre, pero su desventaja por segunda fecha consecutiva se encuentra muy lejos de la competitividad esperada a unos playoffs de la Euroliga. Tarpey destroza el aro mientras Satoransky desaprovecha un mate a placer, una buena muestra de la experiencia azulgrana en tierras monegascas, maquillada con un parcial de 7-0 en el tramo final, que le obliga a cambiar radicalmente su imagen y hacerse fuerte en Barcelona para regresar a Mónaco en busca de un puesto en la 'final four'.