El Barça se redime de sus pecados

Ambientazo en el Martín Carpena, una marea verde infinita en las gradas, incluso el fenómeno de internet Hasbulla se coló en uno de los tifos de la afición malagueña. Presión acorde con la decisiva situación, pues todos los equipos que se han puesto 2-1 en una eliminatoria de ACB han conseguido el pase a la siguiente ronda. Ibón Navarro ha construido una obra de arte en Málaga, una comunión perfecta entre talento, compromiso e ilusión. Juega el Unicaja como le gusta a los puristas, un equipo casi impenetrable en defensa y voraz en ataque, liderado por jugadorazos de la talla de Perry, Kravish o Kalinoski, que fueron precisamente los que encabezaron la carga inicial ante el Barcelona.

En el primer cuarto Mirotic ya había anotado más puntos (8) que en el segundo partido de la eliminatoria (6). Se mantenían en pie los azulgranas pese a la fiereza de los locales, bien empaquetados por la energía de los menos habituales, como Nnaji o Da Silva. Músculo contra las pillerías locales, auténticos regalos para la vista, puro baloncesto.

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Cargaban los andaluces al rebote como posesos, muy superados por momentos los de Jasikevicius bajo el aro. Cometían faltas y el Unicaja se puso en bonus con siete minutos del tercer cuarto por jugarse. El marcador se mantenía igualado, pero las sensaciones entre ambos bandos eran muy diferentes. El Unicaja quería comerse el mundo y al Barça le temblaban las piernas y sobrevivían por lujosas acciones individuales de Satoransky.

Fue la defensa la que rehízo a los catalanes, igualar en intensidad a los locales era la única manera de salir con vida. No conseguían descolgarse en el electrónico, pero siempre mantenían una ligera ventaja, aguantando las embestidas del Unicaja. Un triple de Kalinic puso la máxima para el Barça, encantado de recibir una importante bombona de oxígeno con la que gestionar los últimos minutos de envite.

Laprovittola y Mirotic cerraron en los últimos minutos del duelo. Fue serio el Barça a la hora de afrontar su punto flaco, la falta de decisión y corazón cuando el balón quema. No hubo excusas ni miradas bajas esta vez, volaron los azulgranas ante un Málaga que no pudo más pese a su gran actuación general.