Attaoui: «Me jode que me puedan relacionar con lo de Katir por llamarme Mohamed como él»

—¿Cómo plantea lo que queda de temporada hasta los Mundiales de Tokio?

—Pues en julio he aprovechado para competir mucho, demasiado.

—¿Por qué demasiado?

—No sé. Han sido muchas carreras, pero lo hemos planteado así y está bien. Siempre hacemos lo mismo: un periodo de base, que ha sido mayo y junio, luego competición, y ahora otra vez entrenamiento de base, en agosto. Ahí es donde me suelo encontrar muy bien. Ahora tengo los Campeonatos de España y luego me concentraré en Sankt Moritz (Suiza), a 1.900 metros de altitud, todo el mes de agosto.

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—En Sankt Moritz se suele preparar Ingebrigtsen…

—Sí, justo. Está bien, pero él quiere ganar y ahora está este keniano, Koech, que ha corrido en 3:27 y no quiere arriesgarse, no quiere enfrentarse con él todavía.

—Usted es de Torrelavega ¿pero dónde vive ahora?

—(Risas) ¡En todas partes! Me muevo mucho. He estado mucho este año en Castellón, en Sierra Nevada y en Sankt Moritz. Hace poco he estado en Torrelavega… ¡pero sólo un día!

—¿Y cómo se lleva eso, ese nomadismo?

—Pues lo llevo muy bien. Cuando estoy así, de concentración, estoy mucho más centrado.

—El 800 en nuestro país está muy fuerte. ¿Qué rivales teme más en el Campeonato de España?

—Todos son difíciles: Adrián Ben, Mariano, Canales, De Arriba… todos son rivales.

—En los Mundiales, ¿cómo cree que será la final?

—Yo creo que el keniano Wanyonyi saldrá muy fuerte. Él sabe que puede castigarnos a todos y correr en 1:41.

—¿Ve medalla de oro a Wanyonyi?

—No. Me veo a mí.

—¿Cree que el 800 es más difícil, tácticamente?

—¡Claro! Si en el 800 cometes un error, ya no hay tiempo para corregirlo. En una carrera de 1.500 metros, sí hay tiempo para enmendar un fallo.

—Este año está más consistente, ¿por qué?

—Pues los entrenamientos han ido bien, pero creo que la clave está fuera de eso. Creo que lo importante está en que duermo más, me cuido mejor. El año pasado me acostaba supertarde. No descansaba bien. Ahora llevo una vida con más disciplina.

—¿Qué opina de lo que dice Carlos Alcaraz, en el sentido de disfrutar más de la vida?

—(Risas) Hombre, eso está bien, pero aquí, eso, en plena temporada, es difícil. En atletismo hay que estar centrado. Luego ya, en octubre, será otra cosa.

—¿Cómo ve el atletismo español?

—Lo veo muy bien. Lo de la velocidad femenina es increíble. Los planes de relevos han salido muy bien. A ver si esto lo aplican también en saltos y lanzamientos, porque podría mejorar mucho el nivel del atletismo español.

—De cara a los Juegos de Los Ángeles… ¿se ve usted más en los 1.500 metros?

—Sí, la verdad es que sí. Tengo ganas de pegar ese cambio ya. Me veo cómodo en el 'milqui'.

—¿Qué otras metas tiene?

—Me gustaría batir el récord europeo de 1.000 metros. Lo tiene Sebastian Coe (2:12.18) y creo que lo puedo conseguir.

—El dopaje está siempre ahí. ¿Qué opina del positivo de Chepngetich, en maratón?

—Es lamentable. Esta atleta tiene el mismo manager que otros kenianos que han dado positivo. Era una cosa rara. No se puede saltar de 2h15 a 2h09. Son cinco minutos de mejora… Yo creo que en Kenia ven el dopaje como una salida para su futuro. Les dicen: «tómate esto y verás cómo mejoras y ganas mucho dinero». Les convencen, caen en la trampa y joden su carrera deportiva.

—¿Cómo vio el caso Katir?

—Pues opino lo mismo. Había gente que decía que fueron errores, lo de los tres controles fallidos. Y yo no lo veo así. Yo nunca me he saltado un control. Y si yo tuviera un 'no presentado', estaría varias noches sin dormir. Y si tuviera dos fallos, más aún, estaría superpendiente. Es imposible tener tres fallos. Katir era un referente para mucha gente y esto ha hecho daño al atletismo español. Y más daño me hace a mí, que también me llamo Mohamed y nací en Marruecos como él, y la gente relaciona. Y me jode mucho que salen positivos de gente nacionalizada y la gente pueda decir «pues Attaoui también va». Eso me jode muchísimo.