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Apollo, contra el duopolio Madrid-Barça
«Ojalá la nueva inyección financiera de Apollo consiga que se equilibre la balanza. Mateu Alemany es un fichaje estratégico para reestructurar la plantilla y potenciar el equipo»
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Hay quien sostiene que en el globalizado mundo del fútbol solo interesan los partidos entre el Real Madrid y el Barcelona. Eso no es cierto ni siquiera en España. En la capital, el partido del que todos están pendientes y se habla semanas antes y ... después es el derbi. En la de Andalucía únicamente un Sevilla-Betis es capaz de paralizar la ciudad. En el País Vasco la rivalidad y emoción la ponen los Athletic de Bilbao-Real Sociedad. En Asturias no hay nada comparable con un Sporting-Oviedo, o en Galicia un Dépor-Celta.
Da risa pensar que los argentinos estén más pendientes de un Madrid-Barça que de un Boca-River. O en Inglaterra que prefieran un partido extranjero a otro entre el Manchester y el Liverpool, pongo por caso. Y en la patria de Pelé, el rey del fútbol, cuando la pasión se desborda es en Maracaná, con un Flamengo-Fluminense (El Fla y el Flu de toda la vida) y no ante una pantalla de televisión que transmite partidos a miles de kilómetros de distancia.
Desde un punto de vista colchonero, Real Madrid y Barcelona representan lo mismo, unos aquí y otros allí. Politizan el deporte, lo que se fomenta más en la Ciudad Condal, debido a ese nacionalismo que olvida la afirmación de Josep Pla, según la cual un catalán es un español cien por cien al que le han dicho que tiene que ser otra cosa. Ambos equipos andan a la greña desde tiempos inmemoriales, por cuestiones extemporáneas, que si quítame un Di Stefano por aquí, que si gorronéame un Figo por allá, que si la Brunete mediática dando caña.
Pero ciñéndonos a lo estrictamente deportivo, el madridista sería culé en Barcelona, y viceversa. Parodiando Las habaneras de Cádiz, el Real es el Barça con más negritos y el Barça el Real con más salero.
Los enamorados del duopolio abogarían tal vez por organizar un campeonato que únicamente jugaran ellos. Para su regocijo, todas las semanas un 'partido del siglo'. El resto de los equipos jugaría otra competición nacional, en igualdad de condiciones, al menos jurídicas: o todos sociedades anónimas o todos clubes deportivos. En Europa el duopolio es inglés. Ojalá la nueva inyección financiera de Apollo consiga que se equilibre la balanza. Mateu Alemany es un fichaje estratégico para reestructurar la plantilla y potenciar el equipo. Amén.